Por: Miriam Serrano.
El titular del Instituto de la Defensoría Pública, José Pablo Mercado Solís, advirtió que la profesión del abogado postulante se ha convertido en una de alto riesgo, al igual que la labor periodística.
Expuso que para quienes litigan en ciertas materias, tanto en el sector público como en el privado, trabajar en esto se ha convertido en una situación muy riesgosa.
“A los abogados que se dedican a esta profesión tan loable y que deja tantas satisfacciones, desafortunadamente, al verse inmiscuidos en situaciones muy complejas, a muchos compañeros, no sólo en Zacatecas, sino en todo el país, les ha costado la vida, por el simple hecho de realizar su trabajo”, aseguró.
Mercado Solís puntualizó que la entidad no es la excepción de esta circunstancia, por lo que están muy preocupados en los sectores público y privado “porque los compañeros tengan las mejores garantías para ejercer su trabajo”.
Añadió que en el caso de la defensoría pública hay comunicación permanente con los abogados para evitar que sean sujetos u objetos de alguna situación riesgosa.
Aunque refirió que hasta el momento en la defensoría no se han tenido situaciones gravosas, precisó que sí han recibido amenazas, lo que ha generado rotación de personal para salvaguardar a los abogados.
El titular precisó que los abogados que han recibido amenazas pertenecen a la rama laboral, civil, mercantil y penal, lo que indica que ya no es privativo de alguna área del derecho en particular.
Con respecto al sector privado, abundó al decir que los litigantes que por cuenta propia ejercen su profesión se ven en la necesidad de buscar la manutención de su familia a través de la postulancia y ello provoca que algunos tomen asuntos de diferente índole, pero algunos casos son complicados.
Respecto al motivo o motivos por los cuales este sector es víctima de la delincuencia, subrayó que obedece al ejercicio de su profesión, porque no a todas las personas les gusta cómo actúan los abogados, sobre todo las partes contrarias en una controversia legal.
Aseguró que están preparados para ejercer la abogacía y hacerlo no debiera poner en riesgo su integridad ni a sus familias, pero la dispersión de la inseguridad ha provocado que se tomen asuntos de alto impacto, de la delincuencia organizada, “lo que trae como consecuencia que algunos grupos contrarios a los asuntos, no les guste”.
Por lo anterior, el titular del instituto recomendó que se debe trabajar con ética y responsabilidad, que no se mienta y no se engañe, “porque ese tipo de prácticas puede ponerlos [a los profesionistas] en riesgo, que no se prometa lo que no se puede cumplir; si se trabaja con estricto apego a la ley, con el derecho de frente, eso puede dar una garantía”.