Por: Luisa Espinosa Carmona
Son muchas las veces que escucho dentro y fuera de consulta “como por ansiedad”, “no tengo control con tal alimento”, “tengo sobre ingestas”, etc. Desafortunadamente es común el sentir descontrol al momento de alimentarnos, ya sea por la información errónea que nos bombardea a diario o por conductas patológicas que hemos normalizado.
El comer de forma emocional, por antojo, por el gusto de convivir, es completamente NORMAL y no se debería satanizar o medirlo como conformismo, falta de fuerza de voluntad u holgazanería. Definitivamente todos hemos tenido alguna sobre ingesta de alimentos en algún momento de nuestra vida por el simple hecho de contar con el factor humano. La señal de alarma puede detectarse cuando percibes que te encuentras en un círculo del que no puedes salir:
De manera constante haces dietas restrictivas o ayunos prolongados 🡪 comes grandes cantidades, en un lapso corto de tiempo, con la sensación de pérdida de control 🡪 posterior a esto sientes culpa y/o vergüenza; y esto se vuelve a repetir de manera constante, de manera cíclica.
Es aquí en donde se vuelve de suma importancia distinguir el alimentarnos de manera libre (en la que no experimentas culpa, deseo intenso por ingerir algún alimento, respetas tus sensaciones de hambre y sabes distinguir saciedad), al alimentarnos de forma desordenada. Hablamos de riesgo cuando el comer se vuelve nuestro centro de funcionalidad mental y emocional, cuando el cómo comemos y nos percibimos abarca todo nuestro tiempo e interfiere en nuestra vida cotidiana.
Por lo dicho, enumeremos algunas de las conductas más comunes que son un factor de riego a tu salud:
* Sentir vergüenza al comer
* Comer con culpa
* Sentir culpa después de ingerir alimentos
* Comer a escondidas
* Mantener ayunos prolongados con la finalidad de modificar tu peso
* Mantener de manera constante dietas estrictas con la finalidad de modificar tu peso
* Sentir la pérdida de control al momento de comer
* Comer de manera desesperada, incluso aquellos alimentos que no son de tu agrado
* Si ya detecté uno o varios puntos en mí ¿qué hago?
Si al menos palomeaste alguno de los puntos, primero y de primordial importancia te invito a acudir con una/un nutrióloga (o) y psicóloga (o), especializada (o) para que puedas recibir un tratamiento personalizado.