Carolina Díaz Flores
Históricamente se había adjudicado el nivel de salud al personal médico, ignorando los determinantes externos de la salud, esta concepción impedía ver con claridad que la desigualdad en la distribución de recursos económicos impactaba en el proceso salud-enfermedad. Aunque la labor de prevención en salud del médico es legítima, no explica ni resuelve los problemas de salud de una población.
Cuando existen cambios económicos, existirán cambios en el modo de vivir de los individuos, cambiando los factores de riesgo y factores protectores de la salud a los que están expuestos. Sería utópico, considerar que es posible una salud perfecta, debido a que es un proceso dinámico y con múltiples variables que interfieren en ella. Más bien, debe considerarse como deseable la salud relativa, que se define como un estado de salud en el que los individuos son capaces de desarrollarse en todos los ámbitos de manera exitosa.
Los cambios económicos y políticos de una sociedad determinada, promueven o impiden que sus individuos tengan acceso a salarios suficientes para cubrir sus necesidades, acceso a servicio de salud eficiente, mejor estado nutricio y mejores condiciones de trabajo. Por este motivo es importante considerar a las políticas de salud como una vía para mejorar la salud de una población. Incluso aunque no siempre se pueda medir el éxito o fracaso de las mismas. Estas políticas determinan cómo y dónde gastar los recursos destinados a la salud, se financiarán aquellos programas que se consideren necesarios y/o urgentes, siendo las políticas de salud, una herramienta de alto impacto en la prevención de la enfermedad y promoción de la salud.
El ser humano no es un ente económico, por el contrario, la economía debe servir al hombre, como una herramienta para organizar su modo de vida. A lo largo de la historia de la humanidad ha existido actividad económica, desde los cazadores-recolectores donde la economía era colectiva ampliamente, hasta el voraz capitalismo donde la competencia mercantil es aplastante. El modo de consumir y producir el bien salud ha cambiado a la par de estos periodos históricos. Debe entenderse al proceso salud-enfermedad como un proceso ligado a los momentos históricos y sociales, es el resultado de la vida en sociedad. Aunque la salud sea un bien, que se produce, distribuye y consume, se encuentra rodeado de valores sociales diferentes a otras actividades económicas.