LUISA ESPINOZA CARMONA
Cuando escuchamos hablar sobre Anorexia nervosa desafortunadamente sólo se nos presenta un cuerpo delgado, tal vez con una delgadez preocupante, pero no más allá de eso. Y justo por esa razón me gustaría que hoy conocieras a más profundidad lo que conlleva vivir con esta patología.
Comencemos por aclarar que la anorexia nervosa tiene variantes y no distingue sexo, nivel socioeconómico o corporalidad; tal cual como lo leíste puede haber personas que presentan esta patología sin tener un peso extremadamente bajo.
En esta ocasión hablaremos específicamente sobre anorexia nervosa típica, aquella de la cual nos han hablado sobre todo durante nuestra adolescencia, sólo que lo haremos hablando sobre aquellas consecuencias clínicas que vienen al momento de desarrollarla. Entendamos a la anorexia nervosa como un trastorno mental, no es una moda, una elección o un capricho. Existe una alteración a nivel cerebral que necesita un tratamiento multidisciplinario, que como base incluya la atención psiquiátrica, psicológica y nutricional.
La atención nutricional no sólo abarca la ganancia de peso, sino el reestablecer con seguridad las funciones del cuerpo.
Algo que no se menciona con normalidad al hablar sobre la anorexia nervosa es sobre los cambios a nivel fisiológico que impactan de manera negativa a nuestro cuerpo y que pueden poner en riesgo la vida de quien lo presenta.
El presentar un peso preocupantemente bajo no engloba sólo la apariencia, sino todo lo que está ocurriendo de manera interna, al momento de perder grasa corporal y masa muscular de manera brusca y constante lleva nuestro cuerpo a un colapso que para la persona que lo vive se vuelve no evidente, pues suelen normalizar los signos de alarma que muestra su cuerpo.
• Dolor constante de cabeza
• Frío constante
• Nauseas
• Mareos
• Pérdida de cabello
• Uñas quebradizas
• Mal humor
• Pérdida de memoria a corto plazo
• Taquicardia
• Fatiga
• Pérdida de fuerza
• Desmayos
• Mal aliento
• Ausencia de la menstruación
• Pérdida de piezas dentales
• Piel reseca
• Llagas vocales
• Confusión
• Irregularidades en el sueño
Entre mucho más, son algunos de los síntomas que se dejan pasar por alto, la realidad es que el mantener un grado de desnutrición (así sea “leve”) afecta a todos los sistemas del cuerpo, sí, a TODOS. Estos daños pueden causar un colapso a corto, mediano o largo plazo. Los llega a dañar a tal grado que puede existir un colapso multisistémico que aumenta la mortalidad. Dentro de los trastornos mentales, la anorexia nerviosa es una de las patologías con mayor grado de mortalidad, debido a la inanición sostenida por un largo periodo de tiempo. Las personas que conviven con este trastorno suelen buscar ayuda después de varios años, ya que sienten que todo está bajo control, por lo que si te identificas con 5 o más de los síntomas antes mencionados o con los puntos que te diré a continuación es de suma importancia que acudas con un profesional en el área de salud mental, y con un especialista en el área de nutrición con enfoque a trastornos de la conducta alimentaria.
• Restricción de la ingesta de alimentos, lo que lleva a un peso corporal significativamente bajo. Un peso significativamente bajo se define como un peso que es menor que el peso normal mínimo o, en niños y adolescentes, menor que el peso mínimo esperado.
• Miedo intenso a aumentar de peso o engordar, o comportamiento persistente que interfiere con el aumento de peso, a pesar de que se presenta un peso significativamente bajo.
• Tener una percepción distinta a lo que los demás pueden apreciar. Puede que las personas alrededor te mencionen preocupación por una pérdida importante de peso, pero tú no lo logras notar.