Por: Fénix #xviii
En su etimología italiana la palabra Logia, escrita como Loggia, significa asociación, asamblea y galería. Esta última en relación con los espacios y diseños. De esta manera, el escritor florentino Giovanni Papini (1881-1956) da título a su libro La logia de los bustos. En él crea una galería de retratos: desde “Cicerón”, “Descartes, el poeta”, “Nacimiento de Goethe”, “Edgar Poe”, “Rimbaud”, “André Gide”, entre otros. La obra coloca en circulación una serie de retratos de hombres de genio, de literatura y de pensamiento. Si Museo de la Novela de la Eterna (1967) proyectaba narrativas en una serie de prólogos, la logia de Papini reúne en asamblea el quehacer literario. En una segunda acepción, la palabra Logia también deriva en la forma simple, justa y perfecta en cuanto a su organización y su disposición física. La palabra galería, al igual que la palabra taller, ambas en su contexto de asamblea y/o seminario, simbolizan el espacio de trabajo, reunión y lectura. Así, “las plumas del Fénix” se permite concebir su Trabajo dentro de una galería de esfuerzos compartidos.
Fénix #xviii ha trabajado la lectura de su propia loggia a lo largo de veinte y cinco años, iniciando entre lectores/lectoras de libre pensamiento y el noble arte de la interpretación. A pesar de los tropiezos, un cuarto de siglo ha bastado para sentar las bases de nuestra propia logia de los bustos. Imaginando un posible esfuerzo, visualizamos a aquel grupo que reúna en sencillo panfleto las lecturas de esta galería. Al igual que Papini, la galería de Fénix expondría el humor, la pólvora, la amistad y la bizarra circulación de aquellos que han formado nuestras filas.
Esta columna es nuestra asamblea y nuestros pasillos. Por ella circularán artículos, poesía y narrativa.
Agradecemos la invitación del cuerpo editorial de puntos suspensivos a formar parte de su periódico. Como lectores del ave, reafirmamos nuestro compromiso con ellos.
Sin más por el momento,
nos despedimos con nuestro grito de guerra:
¡Uno per tutti e tutti per uno!