Carolina Díaz Flores
El bruxismo es una padecimiento que consiste en rechinar o apretar los dientes de manera inconsciente, normalmente se piensa que sólo ocurre durante el sueño, pero puede darse despierto, aunque el bruxismo en el sueño es el más común. Aunque puede ocurrir prácticamente a cualquier edad, es más frecuente de los 25 a los 35 años, además el sexo más afectado son las mujeres.
Algo que resulta interesante es que la ocupación es un factor decisivo en su desarrollo, se ha encontrado que las personas que tienen trabajos con una alta carga cognitiva o intelectual (profesores, médicos, oficinistas, etc.) tienen una prevalencia mayor, además de que la intensidad en estas poblaciones suele ser más importante. De manera general, todos los pacientes con bruxismo, rechinan los dientes durante el sueño y sólo un 60% de ellos, lo presenta también durante el día. En el mismo sentido, lo habitual es que situaciones emocionales lo agraven, ya sean de origen laboral o personal, toda situación estresante empeora los síntomas del bruxismo.
Algunas de las manifestaciones más comunes son dolor de la articulación temporomandibular, dolor de cabeza y cansancio muscular. Sin embargo, hay otros síntomas que el paciente no relaciona fácilmente con el bruxismo como dolor y zumbido de oídos, dolor o molestia en la masticación, desgaste dental, fracturas dentales, etcétera. En general, todo paciente que vive con este padecimiento tiene piezas dentales lesionadas, desde afecciones en el esmalte hasta pérdida de piezas dentales. Estas manifestaciones, al ser tan diversas y en ocasiones discapacitantes, hacen que las personas que padecen bruxismo, acudan a diversos profesionales para solucionarlo, pues normalmente es un problema que demanda de trabajo multidisciplinar y no de un único profesional. De hecho, no existe un profesional en específico que deba atenderlo de manera puntual, sino que depende de la causa y sus motivos agravantes. Por ejemplo, las personas que distinguen claramente una asociación emocional, pueden beneficiarse más de llevar psicoterapia que de acudir al cirujano maxilofacial, sin embargo, hay pacientes que por motivos biomecánicos tienen predisposición de rechinar los dientes, en ese caso el maxilofacial es su profesional ideal. En términos generales, el primer profesional que lo valora, debe ser el odontólogo y éste
derivar con especialistas de diferentes disciplinas.