
Por Ana Guadalupe Rodríguez Mancha
Hay una enfermedad que es curable si
se detecta lo suficientemente temprano…
George Papanicolaou
El dicho popular donde refieren a la mujer u hombre como pilar de éxitos, caminando y creciendo uno al lado del otro, fue el impulso y la mejor muestra de amor que tuvo George Papanicolaou, médico griego pionero en la detección precoz del cáncer cervicouterino; gracias a su esposa que se convirtió en su cómplice, su musa, la inspiración diaria y proveedora de material biológico de su cérvix, contribuyeron con el descubrimiento de células cancerígenas en el cuello de la matriz.
El cáncer de cuello uterino, se ubica a nivel mundial entre los primeros cuatro tipos de cánceres y el segundo lugar de tumores malignos en mujeres, apareciendo en 9 de cada 10 mujeres pertenecientes a países en vías de desarrollo; en pleno siglo XXI la alta incidencia de esta enfermedad prevenible y curable en etapas tempranas continúa alarmando al sector salud.
El grupo de edad más afectado se encuentra en la edad reproductiva, la edad más productiva a nivel social, pero también la etapa en que la mujer muy pocas veces atiende sus propias necesidades, los años más activos en donde se entrega al hogar, al trabajo, o a estudiar , siendo un obstáculo en la detección temprana de esta enfermedad.
Algunos factores de riesgo que se pueden prevenir son el inicio de vida sexual a temprana edad, ya que una mujer activa entre los 17 y los 23 años aumenta cinco veces el riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino y el haber experimentado más de tres parejas sexuales triplica el riesgo de padecerlo, antecedente de enfermedades de transmisión sexual a lo largo de la vida y la infección por algunos serotipos del Virus del Papiloma Humano (VPH).
En etapas tempranas de la enfermedad es asintomático (no presenta síntomas ni signos), pero en algunas ocasiones puede aparecer cuadros repetitivos de infección vaginal, flujo, disuria (ardor al orinar), prurito (comezón) genital, dispareunia (dolor genital que ocurre antes, durante o después de la relación sexual). En etapas avanzadas, donde existe crecimiento tumoral, se puede manifestar con dolor pélvico, ganglios inflamados, anemia.
El único método de tamizaje es la citología cervical, procedimiento gratuito y no invasivo, que está disponible en el sector salud, es importante recalcar que se debe iniciar con su detección desde el inicio de la vida sexual, mayores de 18 años, cuadros repetitivos de infecciones vaginales o de transmisión sexual. De manera ideal se debe realizar la toma anual para las pacientes sin factores de riesgo y cada 6 meses dependiendo del factor de riesgo asociado. En mujeres de bajo riesgo con 3 citológicos normales, se podrá optar por citologías de 2 a 3 años.
Para la toma de la citología cervical o (Papanicolaou) es indispensable que la mujer no se encuentre menstruando, ya que la sangre puede cubrir las células del cérvix y ocultar la morfología real, no tener relacione sexuales un día antes de la toma, no realizar duchas vaginales o lavados, no haber aplicado medicamento vaginal.
La mejor manera preventiva actualmente es la aplicación de la vacuna contra el VPH en niñas y niños de 11 años de edad, aplicando dos dosis de la vacuna, retardar el inicio de las relaciones sexuales, continuar la capacitación de métodos anticonceptivos haciendo énfasis en los métodos de barrera y cultivar la educación en salud, donde la máxima sea mantenerte sana y no en fase curativa, con detecciones precoces y atenciones oportunas, lo podemos prevenir y recuerda que es mejor decir Salud a la prevención.