OTHNIEL RUIZ
Recientemente se ha hablado mucho en redes sociales acerca de un caso muy alarmante sobre una persona que se hacía pasar por una enaltecida psiquiatra, sin contar siquiera con una licenciatura en psicología, y no siendo esto lo más alarmante del caso, esta persona contaba únicamente con una cédula profesional de licenciatura en derecho, utilizaba la cédula profesional de otra persona, aparte de colgarse títulos y diplomas inventados que hasta la Universidad de Harvard resultó embarrada, todo esto le facilitó el camino para engañar a tanta gente, prescribiendo medicamentos controlados que no cualquier profesional de la salud puede indicar.
Desafortunadamente éste no es el único caso que existe, pues a lo largo del país, en casi cualquier área existen personas lucrando con la necesidad de las personas, y en cuanto a la salud es quizá el área en donde más situaciones de abuso encontramos hacia los pacientes. Hoy en día es muy fácil tener acceso a la información y esto lo convierte en un arma de doble filo; por una parte, cualquier persona puede colgarse de un titulo y comenzar a dar consultas o realizar procedimientos fuera de sus actividades correspondientes; por otro lado, nos facilita el trabajo y nos puede ayudar ante estas situaciones de personas que abusan de la ignorancia de las personas con alguna necesidad.
Parteros, médicos generales y especialistas, cirujanos estéticos, psiquiatras y profesionales de la salud dental son sólo algunas de las áreas en las que usurpan funciones que no les corresponden, y mientras la población desconozca lo que hay detrás de cada persona, profesional o no, las prácticas indebidas seguirán sucediendo independientemente de que exista una institución reguladora que seguramente no se daría abasto con situaciones donde cada vez más ocurren en cualquier rincón del país.
Es bastante difícil detectar a cualquier personaje apócrifo que se encuentre lucrando con lo más valioso de las personas, que es la salud; sin embargo, basta con saber que profesión tiene y conocer lo que esta le permite y no le permite realizar; así mismo, conocer el número de su cédula profesional. Toda persona que acude a cuidar o mejorar su salud, tiene derecho de saber con quién se atiende y lo que eso conlleva, como los estudios con los que cuente esa persona, los procedimientos y tratamientos que se le indiquen, etc., y, a su vez, todo profesional de la salud tiene la obligación de anunciar sus respectivos estudios y los permisos de regulación emitidos por las instituciones encargadas de ello.
Invito a toda la población en general a conocer e investigar a cada profesional de la salud con quienes acuden, pues la salud de cada uno de ustedes es algo invaluable con lo que no se debe jugar, así mismo a los profesionales de la salud los invito a que realicen sus labores con la mayor ética y profesionalismo que hayan adquirido, tal vez así no podamos erradicar completamente estas malas practicas, pero sí lograremos disminuir considerablemente situaciones que pongan en riesgo la salud y la vida de las personas.