El ramo
La mesa se adornó con flores mal cortadas secas
fingieron estar vivas
Noches completas cayeron
una a una
sus hojitas del lirio
Grises encogidas
marcaron el perfume de la muerte
El polen estéril botaba en todas partes
El lirio
desde su belleza iluminó su final
sin raíces
sin florecitas acompañantes
se apagaba
Ni el agua
ni los soles vivos
ni las frescas lunas
la salvaron del lento destino
Yo
tan cruelmente cerca
¿qué lirio soy?
Cumpleaños
Sentí la vida entera en mis hombros:
tardes de placer,
culpas.
El tiempo roza mis manos,
mis labios,
se agita en mi espalda.
No se desvanece.
Cierro los ojos en la espera de verme florecer.
Sofista
Tus ojos de aventura
hablaron de los sueños de nadie
de las heridas del viento.
Te sentaste frente a mí
ebria de ideas seguí tu mal discurso
me perdí en el Nous
con los pies descalzos
Recitaste el discurso de los que cansados
ya no quieren seguir al viento
tras una larga búsqueda dijiste
me quedaré en el lugar que habites
Te creí
Al despedirnos
olí tu instinto por atrapar el horizonte.
El mal poeta
Apagué mi cabeza sobre la almohada
lo inmoral y lo correcto me besaron
sofocados por esta vida mal trazada.
Deseé verte fuera de la tiniebla de ese sueño
donde te ahogaste
desterrando lo que impide conocer
el ruido de lo oscuro
Desperté por el olor de tu agonía
balbuceabas la diferencia
entre aferrarse al silencio
o escribir lo que nos mata
para después quemarlo.