Fotogramas
Un montón de fotogramas ante mis ojos
37.5 grados centígrados
y un par de osos en esmoquin
recorriendo la alfombra roja
de la temporada de salmones.
Todos somos el blanco de alguien, de algo:
los osos buscan salmones
los hombres esperan a los osos
la fiebre me devora mirando
un montón de fotogramas,
los osos comen
tiran cabezas de salmón
los hombres disparan sus escopetas.
Cae una madre de oso,
sé que es una madre
porque el osezno abandona
el centro de su salmón
y no teme,
no teme porque ha perdido todo
mientras yo pierdo contra la fiebre
llorando
llorando porque el salmón
es un muerto dentro de otro muerto
porque el osezno no volverá a tragar
sin sentir la amargura del momento
en el hocico
lloro por la fiebre
por mis padres despiertos a altas horas
a altos grados a altas penas
ambos insisten en que es un fotograma
y mañana transmitirán algo distinto
sin fiebre
sin salmones
sin cacería
sin osos
sin orfandad
sin muerte.
Aquí hay una pausa larga
[
]
hace años que no camino
por este cementerio,
sigo acalorándome con la muerte
pensando:
¿Sólo porque era un fotograma
el esbozo de mi dolor no era real?
Sobredar Vol II
Ponerte un límite de tiempo
encender la barredora
la que sólo está para ayudarnos
pero vaya que le temes,
le temes a no hacer las tareas
que te fueron asignadas en el día
esas que parecen ideadas por ti.
Caminar en círculos
si te sobra tiempo
y si no lo hace, caminar igual.
Correr a la portátil y escribir:
“Todo el amor que he dado
me exige traerlo de vuelta,
mi veneno convertido en tromba
caerá serpenteante
sobre quien deba hacerlo”.
Salir de ti
Recuperar el control
desentumir las alas y enroscar
la lengua
volver con gracia a colorear
la casa de todos
antes de que lleguen a comer.
Al 4 de julio del 2023, en Aguascalientes hay 386 mil 828 perros y gatos, lo que significa que por cada 2.5 habitantes hay uno de estos ejemplares
Somos la muerte de nuestras mascotas
leí donde decía
sobre la muerte de nuestras mascotas
y en el ajuste de imagen
se me volcaron 17 mestizos
y el barro me supo a soledad
Lo que soy humanamente
descansa en otra consciencia:
en momentos de gozo
se desafían los límites
y cuando el cuerpo se vuelve
contra una
se conoce el recato a la mala
Soy la muerte de mis animales
espacio contra su materia
salvaguarda las evocaciones
de mi feral tránsito
mientras sus cuerpos se pudren
yo espero a que el veterinario
abra la puerta
y me ponga la correa corta.
Disparo
Mi Dios, este susurro diario,
en cambio constante, es para ti:
padre de los animales
voy a descansar junto a mis restos
hasta soñar, hasta volver errado
el vivir despierto pensándote.
Quiero decir, imaginando,
haciéndote en todas las flechas
y cráneos y en la tierra
y en los hombres de traje
cuando sacan frente a mí
su billetera de piel
pero nada comparten.
Estás junto a mí, Dios guardián
y me entrego a este ejercicio,
a este acto irrelevante
de ponerme, no,
de sentarme a tus pies
para que hagas de mí tu can.
Tengo todos los rostros en mi cuerpo:
soy tu peón de barbilla afilada,
tu dama blanca, señora de pasos laterales,
tu filo, soy ese filo en los tobillos
de todos los que te esperan,
la planta que pusiste a secar
en cada desierto, en cada cuenca
de ojos huidos, diminuta espina,
hijo de nadie, revólver automático
en la mesa esperando tu voluntad.
Soy todas las palabras no dichas
y te espero, mi Dios,
te ruego, te ruego
a golpe de carencia,
que por un momento tu báculo
le ceda a mis manos
el imperio concedido a nadie.
Procúrame la valentía para crecer
en medio del oro sin la culpa
de los escasos años venideros.
Señor, Dios de la abundancia,
limita mis planes y amasijos.
Permíteme vencer
junto a ti, Señor dorado,
junto a ti, signo de dominio,
junto a ti mi altar de fuego.