DANIEL MARTÍNEZ
Gracias al lenguaje hablado y escrito, la capacidad de contar historias es una fortuna que nos ha tocado a los seres humanos. Apenas hace dos semanas decíamos con Volpi que así es como entretejemos nuestra realidad: a través de las historias, ficticias o no, que nos contamos y que nos cuentan. Todos recordamos las vivencias escuchadas en boca de nuestros abuelos, padres, maestros o amigos, algunas de ellas llenas de sabiduría y enseñanzas: así es como entrelazamos nuestras historias personales con las de otros, para ir formando el entramado que como personas y conjuntos de personas nos conforma. Relatar y recibir historias es un privilegio, pero saber contarlas con gracia es una virtud con la que sólo algunos nos pueden deleitar. De esto tratará el texto de hoy.
Dave Eric Grohl, conocido por ser el fundador, líder, guitarrista, vocalista y compositor de Foo Fighters y por haber sido el baterista ―ni más ni menos que― de Nirvana, cumplió 56 años de edad hace un par de semanas. Y si alguien sabe contar anécdotas con gracia y estilo, es él. Recuerdo haberlo visto en el programa Storytellers de MTV, haciendo un recuento de la historia de su banda y su música, cómo algunas canciones surgieron de acontecimientos de su vida personal, anécdotas de giras y conciertos, relatos de amistad, amor, familia, desamor… Lo hacía con tal histrionismo y comicidad, que recuerdo haber pensado que su show sin problema pudo haber sido uno de “stand up”.
Si consideramos la vigencia, popularidad y los años de trayectoria ininterrumpida con Nirvana y Foo Fighters, Dave Grohl es uno de los rockstars más importantes de la actualidad. Mucha de esa popularidad se la ha ganado, más que por ser un virtuoso de la composición o la voz, por la energía, creatividad y carisma que ha mostrado siempre. Es un artista que se ha granjeado la admiración de muchos a base de constante material nuevo, de su capacidad de renovarse y reinventarse siempre, además de sus giras mundiales y apariciones en eventos públicos. Su trayectoria desde Foo Fighters ha estado marcada siempre por una inagotable creatividad y versatilidad. Desde el concepto del álbum Sonic Highways (una canción de cada ciudad importante en la historia musical de Estados Unidos, con una colaboración de un artista a propósito); Dream Widow, la banda “ficticia” de death metal, para la película Studio 666 (una especie de alter egos con los que crearon un álbum real); la otra banda ficticia, Dee Gees, en la que interpretaron covers de los Bee…, la suite instrumental Play, en la que compuso todas las partes, tocó y grabó todos los instrumentos él mismo; un sinfín de documentales y proyectos alternativos, como sus colaboraciones con Queens of the Stone Age o la super banda Them Crooked Vultures (junto a John Paul Jones y Josh Homme). Y la lista podría seguir.
Haciendo uso de su ingenio para contar historias, y como parte de esa incansable actividad creativa, en 2021 publicó un libro: Dave Grohl, the storyteller. Tales of life and music. Una autobiografía llena de experiencias de vida, que van desde sus primeros acercamientos a la música, las decepciones amorosas de adolescente, su admiración por figuras como John Bonham, Paul McCartney o Iggy Pop, su incursión en el mundo de la música con sus primeras bandas, sus experiencias con Kurt Cobain y Nirvana, la historia de su banda Foo Fighters y su vida como hijo, amigo, padre y esposo. De todos los relatos del libro, sin duda los más destacables para quienes gustamos del rock son los de su trayectoria como músico. El capítulo dedicado a Nirvana y Kurt, por ejemplo, es uno de los más exquisitos. Comenzaremos refiriendo uno de ellos (cabe aclarar que las traducciones son mías, pues aún no existe una edición en español). El capítulo comienza así:
“‘Se ha ido, Dave’.
“Mis rodillas colapsaron y el teléfono cayó de mi mano mientras caía al piso de mi habitación, cubriendo mi cara con mis manos mientras empezaba a llorar. Él se había ido. El joven tímido que me ofreció una manzana cuando nos presentaron por primera vez en el aeropuerto de Seattle, se había ido. Mi compañero de cuarto, callado e introvertido, con quien compartí un diminuto departamento en Olimpia se había ido. El padre amoroso que tocaba con su hija detrás del escenario cada noche antes de cada show, se había ido”.
Pero… resultó ser una falsa alarma. A los cinco minutos el teléfono volvió a sonar y la misma voz le dijo: “espera, no está muerto, está vivo; aún está en el hospital pero, ¡lo va a lograr, Dave!” En el lapso de cinco minutos ―nos cuenta―, pasó de tener el día más oscuro de su vida, a sentir que había vuelto a nacer. Describe cómo ese primer roce con la muerte de alguna forma lo preparó para cuando llegara la fatídica noticia. Dice haber construido una muralla para proteger su corazón de alguna pérdida: así, cada vez que alguien más fallecía, esperaba esa llamada diciendo que todo había sido un malentendido y, a medida que no llegaba, asimilaba el hecho poco a poco. Y así fue cuando un par de meses después, en abril de 1994, la noticia de la muerte de Kurt Cobain fue real. ¿Habrá sido así también con la muerte de su otro gran amigo, Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, en marzo del 22? El libro del que obtengo esta información se publicó en octubre del 21, pero dos años después se publicó una edición ampliada, “porque hay más para la historia”. Quizá ahí podamos leerlo.
Y como esta, hay muchas más historias que contar, pero las dejaremos para la siguiente entrega. Hasta la próxima.