DANIELA ALBARRÁN
Antes que nada, me gustaría decir que no me importa que nadie me lea, ¿me gustaría que todo mundo lo hiciera? Quizá, pero tampoco es que eso interfiera en mis necesidades de escritura. Sin embargo, me gustaría decir que ahora escribo historias e investigaciones para algunas marcas muy grandes, y más allá de eso, lo que me interesa es ahondar en la importancia de la escritura, del lenguaje y de las historias, y de lo necesario que es escribir para casi todas las empresas del mundo, aunque ellas no lo sepan.
En resumen, lo que hago actualmente es diseño instruccional, cursos y capacitaciones para personas que hacen cosas con autos. Desde reparar motores hasta pintar la carrocería. Suena a que eso no tiene nada que ver con contar historias, ¿cierto? Pues no. Enseñar y aprender son otros verbos que me gustan mucho, principalmente porque con el segundo estoy ligada todo el tiempo, y con el primero apenas estoy acercándome. Sin embargo, quiero decir que no imagino cómo se puede aprender cualquier cosa, si no es a través de historias. Porque sí, aprendemos mejor a través de historias, por eso los cuentos, las fábulas, las nouveau roman son tan importantes en nuestras vidas colectivas y ahora el storytelling en las y los consumidores.
Desde hace algunos años comencé a storytellear en una empresa donde escribía artículos de medicina (por eso no es bueno googlear cosas tipo: qué tengo si me duele la cabeza, porque seguramente alguien que estudió letras y no medicina escribió ese artículo con cero evidencia científica) y me empezaba a dar cuenta de la importancia de contar historias para enganchar a las audiencias.
Y es que no hay nada más enganchador que una buena historia o un buen chisme, y es que ojalá que todos los que estudiamos letras o los que nos dedicamos a escribir lográramos visualizar la importancia de la escritura en la industria. Yo lo aplico en el diseño instruccional y la capacitación de técnicos, pero creo que en todas las áreas la escritura es muy importante porque es a través de historias que procesamos y retenemos información. Las historias nos ayudan a entender conceptos abstractos, a interiorizar ideas, y a mantenernos interesados. Así es como aprendemos y enseñamos.
Por eso, nuestra escritura es tan importante para otras empresas, aunque ellas lo no sepan. En la semana estaba escribiendo un manual de la importancia de los cristales del vidrio y todo comenzó con cómo surgió el vidrio y las necesidades de las personas para utilizarlo de diversas maneras, desde vasos hasta la seguridad de los ocupantes en el auto. Eso suena súper equis como lo acabo de escribir, pero esa información la transformé en una historia para que la gente se sintiera identificada y comprendiera que el parabrisas es imprescindible para que la gente no muera en un choque.
Aunado a esto, estoy en una clase de lingüística y me parece que ya había olvidado la importancia que tiene el lenguaje en las personas, definitivamente no hay una ciencia más compleja en el mundo que la lingüística, no sólo porque todas estamos hechas de lenguaje, sino porque ese lenguaje cambia y lo utilizamos todo el tiempo, como ahora, que usamos chat gpt para preguntarle cualquier cosa y me parece loquísimo que yo que sé construir historias pueda combinar mi lenguaje con el lenguaje informático que utiliza, y que con su ayuda logre escribir discursos más o menos complejos.
Encuentro mucha satisfacción en escribir historias (no literarias, o quizá un poco) para que otras personas quieran adquirir conocimientos nuevos, y lo más importante: amo saber escribir y saber tejer las palabras para construir un dis-curso que otras personas van a disfrutar.