OTHNIEL RUIZ
Ahora que comienza noviembre y se acerca el final de un año más, se asoman las tradiciones más bellas del calendario. El Día de Muertos, sin duda, es la fecha más tradicional celebrada por nosotros los mexicanos, ya que honramos a quienes se han adelantado en el camino de la vida.
Es un verdadero agasajo recordar a nuestros queridos difuntos durante las noches del 1 y 2 de noviembre, a través de lo único seguro que tenemos en la vida: la muerte. Los altares se llenan de comidas típicas mexicanas y las fotografías de nuestros seres queridos que regresan a visitarnos a través de sus ofrendas, disfrutando de lo que más amaban en vida. También destacan las decoraciones y los desfiles con los disfraces más significativos de la fecha, siendo la emblemática tradición de pedir calaverita una de las más queridas.
Esto motiva a pequeños y grandes a elevar el consumo de dulces y alimentos ultraprocesados, como parte de la diversión de ir de casa en casa cantando el famoso “el muerto pide camote…”. Si bien sabemos que el muerto ni pide ni come camote, lo que es indiscutible es que un gran número de personas, sin importar la edad, consume una alta cantidad de los dulces que nos regala esta hermosa tradición del Día de Muertos.
Hoy en día, existe una gran variedad de dulces con un alto riesgo de dañar la salud bucodental, sin distinción de edades. Pero no estoy aquí para satanizar lo que a todos nos gusta; mi deber como profesional de la salud bucodental es hablar de los riesgos y la prevención ante situaciones en las que todos podemos vernos involucrados, como los chocolates que estamos próximos a disfrutar.
La caries dental es una enfermedad que afecta a un alto porcentaje de la población mundial, causada por bacterias que siempre están presentes en nuestra boca. Si a esto sumamos la falta de higiene y una alimentación inadecuada, es muy probable que la mayoría de la población la padezca a lo largo de su vida, y no solo una vez. Entonces, ¿es necesario dejar de consumir dulces y guardar el disfraz en el armario solo por la caries? Por supuesto que no, es casi una obligación salir a lucirlo. Sin embargo, en cuanto a la calaverita, es importante realizar algunas recomendaciones para evitar los dolores infernales que pueden provocar las caries.
Existen dulces más dañinos que otros, ya que algunos tienden a adherirse más a las superficies dentales, como las fisuras o entre los dientes. Estos productos, con alto contenido de azúcar, son un festín para las bacterias que descomponen el esmalte dental y provocan caries. Por ello, es crucial mantener una buena higiene bucodental, ya que cuanto más tiempo pase un resto alimenticio pegado a cualquier zona del diente, mayor será la incidencia de caries.
Regular el consumo de alimentos azucarados y mantener una buena higiene son dos herramientas clave para evitar los dolores que causan las caries. Si además incorporamos el uso de colutorios, hilo dental y enjuague bucal, y no olvidamos las visitas regulares al profesional de la salud bucodental, podemos asegurar que nuestros órganos dentarios se mantendrán completos y sanos. Sin importar la edad que tengamos, podremos salir a pedir “calaverita” con total tranquilidad, y una vez que nos toque partir de este plano terrenal, las noches del 1 y 2 de noviembre podremos disfrutar de los dulces que nuestros seres queridos pongan en el altar para nosotros.