Luisa Espinosa Carmona
La depresión es una enfermedad grave y común que nos afecta física y mentalmente en nuestro modo de sentir y de pensar. La depresión nos puede provocar deseos de alejarnos de nuestra familia, amigos, trabajo y escuela. Puede además causarnos ansiedad, pérdida del sueño, del apetito, y falta de interés o placer en realizar diferentes actividades.
Lo más frecuente es que aparezca insomnio, apetito disminuido y pérdida de peso; aunque, en algunos casos, ocurre lo contrario: se duerme demasiado y aumenta el apetito. La fluctuación del peso es importante a nivel metabólico, pero las deficiencias nutricionales que se pueden dar en estos sube y baja marcan de forma importante la evolución del estado físico de las personas. Las deficiencias nutricionales más comunes observadas en pacientes que viven ciertos trastornos mentales, entre ellos el trastorno depresivo, son aminoácidos (que son los precursores de los neurotransmisores), ácidos grasos omega 3, vitaminas del grupo B y minerales.
Dentro del tratamiento para el trastorno depresivo puede incluirse la toma de medicamentos antidepresivos, estos fármacos no se asocian directamente con el aumento de peso que se puede reportar por algunos pacientes. Aquí se tiene que evaluar las condiciones de vida actuales que puedan estar influyendo en las fluctuaciones de peso. El uso de estos fármacos suele ser indispensable en los pacientes para poder volver a tener una buena calidad de vida, por supuesto sin dejar de lado el acompañamiento psicoterapéutico.
Dependiendo de las reacciones que tenga el paciente serán las recomendaciones dadas, pero te dejo algunas que te serán de ayuda en este camino de recuperación.
- Acudir con tu especialista de confianza ya que algunos antidepresivos pueden tener interacciones inadecuadas con el consumo de ciertos alimentos, es importante el conocer que alimentos evitar para un mejor funcionamiento del fármaco.
- Mantener un patrón regular de alimentación. Ya sea que el apetito esté disminuido o aumentado, es importante mantener horarios y frecuencia en el consumo de alimentos para proporcionar al cuerpo energía de manera constante.
- Consumir proteína en tus tres comidas principales. El huevo, queso y pescados son una muy buena opción a incluir.
- Priorizar el consumo de oleaginosas (nueces, almendras, chía, cacahuate, etc.), y grasas de mejor calidad como el aceite de canola, aceite de oliva y aguacate.
- Aumentar el consumo de frutas de temporada.
- Sentarse a la mesa con los demás miembros de la familia al momento de comer. Si vives de manera independiente es muy bueno asignar un lugar en la casa para comer y respetar el comer solamente en el lugar elegido.
- Agregar a tu alimentación, alimentos integrales y altos en fibra.
- Mantener una hidratación constante.
- Tomar baños de sol (salir al sol directo entes de las 12 del día o después de las 5 de la tarde, un aproximado de 10 minutos al día).
- Mantenerte en contacto con tu red de apoyo y con tus especialistas.
La depresión clínica no es simplemente una angustia, es también una tristeza o melancolía permanente. La depresión clínica causa pérdida del placer en la vida diaria, tensión en el trabajo y en las relaciones. Si te llegas a sentirte identificada/o con alguna de las características mencionadas, acude a los servicios clínicos que tengas más cerca y pide ayuda.