CAROLINA DÍAZ FLORES
El modelo de comprensión del fenómeno Salud−Enfermedad más reciente y mundialmente aceptado, es el de los determinantes sociales de la salud (DSS), el cual los define como “las circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud”, este modelo fue formalmente consolidado y promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2008, y buscó promover la eliminación de las desigualdades que generan enfermedad, ya sea por mayor exposición a factores de riesgo o por menor acceso a los recursos para proteger y recuperar la salud. En este sentido, se propone dejar de asumir la visión meramente biologicista como la dominante o ideal para explicar el proceso de salud y enfermedad.
A pesar de que la OMS establece desde hace 16 años como eje rector a este modelo de comprensión sobre la enfermedad y la salud, no ha logrado ni siquiera que el personal sanitario reconozca y acepte esta perspectiva, sigue siendo un modelo poco comprendido incluso por el propio médico, pues la visión predominante continúa siendo sumamente básica, bajo el esquema de acción–reacción, donde si un individuo fuma, tendrá cáncer, o si un individuo tiene conductas sexuales de riesgo, contraerá el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), sin embargo, no se abordan las verdaderas causas, lo que el epidemiólogo Jaime Breihl denominó “Las causas de las causas”, es decir, no interesa solamente si el paciente oncológico fue fumador, sino por qué fue fumador, donde invariablemente se encontrarán otros factores como problemas de salud mental, exceso de carga cognitiva en el trabajo, violencia en su entorno, etcétera. O en el paciente con VIH es habitual encontrar que las conductas sexuales de riesgo van acompañadas de inequidad, violencia, baja autoestima, discriminación, desempleo, uso de drogas, etcétera. En este sentido, un enfermo no es el resultado únicamente de decisiones propias, sino del contexto laboral, económico y político, o como mejor los expresó Ortega y Gasset: “Soy yo y mis circunstancias”.
Lamentablemente, tanto personal sanitario como población general, siguen asumiendo que la enfermedad se produce bajo un esquema sumamente simplista: si la persona tiene un hábito inadecuado (dieta, ejercicio, etc), tendrá una enfermedad. Sin embargo, en los hechos, es necesario visualizar que la forma en que vivimos y trabajamos influye decisivamente sobre si gozamos o no, de salud.