ANA RODRÍGUEZ MANCHA
La importancia que ha tenido el entender y conocer las enfermedades, desde los albores de la humanidad, nos ha permitido el descubrimiento de síntomas no específicos, pero sí propios de algunas enfermedades, tal es el caso del Papiro de Ebers, uno de los tratados médicos y de farmacopea más importantes en el antiguo Egipto, en donde se encontraron algunas descripciones vagas sobre los síntomas clásicos de la diabetes, como la poliuria (excreción aumentada de orina), y no fue sino hasta la llegada del médico británico Thomas Willis, en el año 1679 a.C., quien tuvo una avidez de conocimiento e hizo una magistral descripción sobre la enfermedad, aportando como prueba diagnóstica el degustar la orina, ya que se creía que el origen de la diabetes era una disfunción de los riñones, actualmente se sabe que la causa va ligada a una disfunción en las células beta pancreáticas, encargadas de la secreción de insulina, una hormona necesaria para la regulación de glucosa en el organismo.
Dentro de las primeras causas de discapacidad en el mundo y primeras causas de muerte se encuentra la diabetes mellitus, ocupando los primeros lugares en pensión por invalidez y generando un gasto por paciente anualmente hasta de 16,000 pesos entre medicamentos y atención de secuelas; otro dato de trascendencia que nos invita a la reflexión es que cada hora aproximadamente quince personas son diagnosticadas con este padecimiento, lo que representan el 64% del motivo de consulta en unidades de primer nivel, tipificándola como enfermedad no transmisibles y crónica. La tétrada clínica característica (Las 4 P), poliuria (mucha orina), polidipsia (mucha sed), polifagia (mucha hambre) y pérdida de peso, más algunos auxiliares diagnósticos como la glucosa ocasional mayor a 200mg/dl, glucosa en ayuno por arriba de 126 mg/dl en dos ocasiones, la toma de una curva de tolerancia a la glucosa con valor por arriba de 200 mg/dl a las 2 horas y una hemoglobina glucosilada (HbA1c), mayor al 6.5% en dos ocasiones consecutivas, hacen el diagnóstico definitivo.
Existen factores de riesgo no modificables, que aumentan la probabilidad de padecer esta enfermedad entre los que se encuentra la edad, la raza, la historia de familiares de primer grado con diabetes mellitus y algunos padecimientos relacionados, como el síndrome de ovario poliquístico o la diabetes gestacional ( diabetes en el embarazo); pero existen otros factores modificables que de manera preventiva podemos incidir en ellos, con el objetivo de atrasar o evitar la aparición de dicho problema, entre los que se encuentran la obesidad y el sobrepeso, el sedentarismo, tabaquismo y dietas ricas en carbohidratos (azúcar).
De tal suerte que se recomienda ampliamente iniciar con un cambio en el estilo de vida, a todo paciente con factores de riesgo y con alguna sintomatología o valor alterado de laboratorio, con una alimentación balanceada de preferencia dieta mediterránea o DASH que se caracteriza con bajo consumo de sal y alto contenido en frutas con un consumo de dos veces al día, verduras al menos tres veces al día, granos integrales una vez al día, lácteos bajos en grasa y proteínas magras de preferencia pescado o pollo, evitar el consumo de azucares refinados o bebidas azucaradas, evitar las grasas de origen animal como la crema, mantequilla, mayonesa, tocino o manteca; igualmente de suma importancia es en la actividad física que se deberá de realizar por lo menos 150 min por semana , sin dejar de hacer ejercicio más de dos días consecutivos, evitar el tabaquismo y el alcoholismo.
Todas las acciones preventivas van encaminadas al control de la enfermedad y evitar la progresión de complicaciones como la ceguera, la insuficiencia renal, el infarto agudo al miocardio y las amputaciones de extremidades. Es importante la concientización y educación en la antesala de la enfermedad, para evitar un deterioro en la calidad de vida, tanto del paciente como de la familia, e igualmente recomendable acudir con tu médica o médico de familia para más orientación y si es necesario el inicio de terapia farmacológica. No te automediques.