Ana Rodríguez Mancha
Dentro de las etapas del crecimiento sin duda la adolescencia es una de las más importantes en la transición de la niñez hasta alcanzar la adultez, es un proceso tan relevante por la aparición de los caracteres sexuales femeninos y masculinos, que podríamos definirla como el origen de la disforia de género, precisada como la sensación de incomodidad, angustia y discordancia entre el sexo de nacimiento que se configura con los órganos tanto masculinos como femeninos tal como la vagina, el pene, ovarios, testículos; y el género que es el conjunto de expectativas, estándares, creencias culturales donde se busca conseguir socialmente el sexo opuesto.
La transición a la que se enfrentan aproximadamente 1.3% de la población en México, presenta un sinfín de obstáculos y barreras en los ámbitos sociales, culturales y familiares, truncando la posibilidad de sentirse plenas o plenos con lo que se tiene que es muy distinto a lo que se desea, para lo cual se hace sumamente necesario el acompañamiento que debe estar sujeto a una terapia tríadica en donde se involucren especialistas en psicología, para detectar si la disforia de género solo es una moda o realmente es una decisión meditada y planeada, el servicio de endocrinología para el abordaje terapéutico hormonal sustitutivo y la cirugía como la cumbre del objetivo final.
Uno de los retos en la psicología es el diagnóstico diferencial, donde la simulación con la disforia de género podrían ser un factor predictivo para el arrepentimiento posterior tras el tratamiento de reasignación sexual, algunas patologías como los trastornos sexuales y de identidad no especificada, orientación sexual egodistónicas, travestismo fetichista o no fetichista, trastorno de la maduración sexual, trastorno por aversión al sexo, son solo algunos de los grandes simuladores, en lo que se tiene que poner una atención especial.
La intervención psicoterapéutica guiada, el vivir de forma satisfactoria en la sociedad con el rol de género deseado, además de haber utilizado por un año la terapia hormonal, estos factores serian la antesala para iniciar con la siguiente fase de intervención quirúrgica genital. En terapia se brindan las herramientas de afrontamiento, psicoeducación y resolución de conflictos en las esferas sociales, familiares y laborales, donde la familia juega un papel clave durante el proceso.
La intervención en etapas tempranas por los profesionales ya mencionados, garantiza el éxito en la transición, disminuye la probabilidad de comportamientos de riesgo o el desarrollo de comorbilidades mentales como baja autoestima, depresión, ansiedad, fobias sociales, trastornarnos alimentarios, intentos de suicidio, cutting, drogas o el uso de hormonas sin control médico, afectando el desarrollo físico, familiar, social e intelectual. La libre decisión y expresión del género, ya no debe de ser un tema hermético pues sin duda alguna debemos concientizarnos como sociedad en impulsar una vida libre de violencia y de discriminación, fomentando la empatía y el respeto transgénero, por medio de una educación adecuada y consecuente culturización que prevengan todo tipo de situaciones mal orientadas.