Por María de los Ángeles Moreno Padilla
La desigualdad entre personas nace con el uso y manejo del lenguaje debido a que éste imprime la visión de la realidad de las sociedades, haciendo distinciones e incluso profesando la negación del ejercicio efectivo en materia de derechos humanos.
Con el fin de visibilizar la dignidad humana, es necesario anteponer la palabra “persona” sin que lo sea antes la condición de vida de ésta, lo cual se liga a la concepción del individuo en el marco de los derechos humanos, que puede abonar a la expresión incluyente bajo las siguientes características:
- Población LGBTTIQ: Ejemplo: “joto”, “machorra”, “bicolor”, “hermafrodita” (expresión excluyente). Por: “persona homosexual”, “mujer lesbiana”, “persona bisexual” o “persona intersexual” (lenguaje incluyente).
- Personas con discapacidad: Ejemplo: “discapacitado”, “personas con capacidades diferentes”, “invidente”, “sordomudo” o “mongol” (expresión excluyente) por: “persona con discapacidad física, motriz, auditiva, visual, sensorial, psíquica, psicosocial o intelectual” (expresión incluyente).
- Personas afrodescendientes: Ejemplo: “personas de color”, “negros (visión excluyente) por” población afrodescendiente” (lenguaje incluyente).
- Personas indígenas: Ejemplo: “indios” y “minorías étnicas” (expresión excluyente) por: “personas indígenas” o los “pueblos originarios” (expresión incluyente).
- “Personas adultas mayores” (expresión incluyente); no “viejos”, “ancianos” (expresión excluyente).
- Personas migrantes: Ejemplo: “ilegales”, “mojados” o “braceros” (expresión excluyente) por “personas migrantes” (expresión incluyente).
- Personas de la diversidad religiosa, ejemplo:” Sectas religiosas” (lenguaje excluyente) por “grupos religiosos” (lenguaje incluyente).
¿Y tú educas en el lenguaje incluyente?