ÓSCAR ÉDGAR LÓPEZ
En la capital del estado de Zacatecas se encuentra un monumento a Benito Juárez de cuerpo completo. De frente se aprecia que porta en la mano izquierda un rollo de papel, el brazo derecho se mantiene casi pegado al cuerpo. Si se observa la figura desde el costado izquierdo y se presta atención al morboso efecto, veremos aparecer un falo flácido y no circuncidado que se forma por el acomodo de sus dedos pulgar e índice y que justamente coinciden en la altura en la que se encuentra el mencionado genital. Buscarle el pito a la estatua de Benito era pasatiempo habitual de los niños curiosos en los años 90´s. Este rasgo peculiar hace que el mencionado monumento gane un rasgo distintivo de identidad, trascendiendo al personaje representado, la obra de arte rompe su pedestal y por el poder de la ironía y la sátira se adentra en la cotidianidad de las personas que habitan y transitan ese espacio. Esto sucede con otros monumentos y obras públicas, es un fenómeno de apropiación por el que las victorias aladas terminan siendo ángeles, los niños héroes, pétreos compañeros de farra y el mar de próceres de nuestra historia de bronce, apenas unos monos gachos que reciben el fétido rocío de excremento de pichones y palomas.
En su conocido “Testamento” Auguste Rodin llama a los jóvenes artistas a realizar un arte que provenga de la sinceridad y la honestidad, que no sigan atestando las ciudades de monumentos llanos, sin alma, la pura consigna hueca. Parece fácil, pero en realidad exige genio y oficio, cualidades que no suelen encontrarse en la infinita cantidad de representaciones volumétricas de las que tanto gustan gobiernos presentes y pasados. El colmo de la mala escultura pública se dio en Zacatecas, capital, con la suplantación de una pintoresca fuente por un obelisco obtuso de cantera y metal que los lugareños denominaron como “monumento al viagra” por lo erecto de su figura. Afortunadamente la fuente volvió a ser instalada y sólo queda en la memoria como un disparate de humor involuntario.
Lo anterior refiriéndonos a la estatuaria publica, de origen político, pero ¿existe en la actualidad una escultura pública no oficialista?, ¿hay algo semejante al grafitti, pero con volumen? Sí, aunque en nuestro país es incipiente. Hay quien hace mosaico, quien pega figurillas en las paredes y quien interviene los espacios con instalaciones, cambiando así no sólo lo que acostumbramos a llamar nuestros espacios, sino también resignificandolos por medio de la apropiación y la transgresión. La autora Rosalind Krausse en su ensayo La escultura en el campo expandido, expone una teoría semántica a través de un esquema romboidal en donde las antinomias producen significados, de tal manera que al oponer paisaje-arquitectura, no-paisaje, no-arquitectura, las manifestaciones artísticas volumétricas disparan su aparato semiótico y podemos clasificar y comprender como “escultóricos” ejercicios de decoración, como el modelado arbóreo, pero también esfuerzos más complejos como el land art o arte de la tierra. El paisaje es una construcción cultural, lo crea el ser humano, lo delimita y lo incluye en sus procesos de identidad, toda modificación al entorno en el que se posa la mirada humana podría ser considerada como una “escultura”.
Dante Ulises Vázquez es un estudioso del arte, me consta que se zambulle en la teoría y que concurre en la academia, pero también es un escultor del paisaje, en este rubro su obra resulta admirable (también hace gráfica, pintura y otras técnicas tradicionales). Sus intervenciones en el campo abierto y el espacio público contienen la “verdad y la sinceridad” que Rodin exigía a los jóvenes en su carta póstuma. “Portal de hadas” es una intervención-escultura del año 2022 realizada con ramas y corteza de eucalipto en lo que parece ser un hangar que se utilizó para una fiesta rave. La pieza maravilla por sus dimensiones y por la paciencia de hormiga de este creador al tejer círculos perfectos; al mismo tiempo es un ojo de dios y una puerta dimensional al reyno fantástico del bosque, o de la estepa en el caso particular que nos atañe. Vázquez ha realizado múltiples piezas que podemos abordar desde la escultura expandida, pero más allá del ejercicio intelectual su obra conmueve y asombra, porque como todo animal humano tenemos siempre la necesidad de habitar un paisaje, transformar la materia natural para verternos en su volumen y proyectarnos en los símbolos derivados de ello.
Portal de hadas
Año 2022
Ramas y corteza de eucalipto
Instalación, escultura expandida
Dante Ulises Vázquez con una de sus obras
FB: Dante Ulises Vázquez
IG: pozo.de_los_deseos