María de los Ángeles Moreno Padilla
Actualmente, el investigador Jorge Barudy se considera pieza clave en el análisis de los buenos tratos a las infancias debido a que siembra el ideal en la conservación de la salud física y mental como factor dependiente de las relaciones afectivas y los cuidados entre las personas que coexisten en un espacio determinado.
Por ello, las relaciones afectivas sanas en las cuales determinada persona ha sido cuidada, protegida y educada en momentos decisivos de su vida, determina la capacidad de autocuidado y de participación social, bajo las necesidades propias y de las y los demás a través de la colaboración y las capacidades adaptativas para hacer frente a los desafíos cotidianos, por ello el buen trato es fundamental para promover una resiliencia colectiva que, tras tener claros los afectos y redes de apoyo, la persona actúa bajo los principios del altruismo, amor y no violencia, al tejer relaciones recíprocas debido a que las personas requieren ser tratadas adecuadamente para sentirse en plenitud y bienestar.
El buen trato se basa en el ideal de la capacidad de tratar bien a las personas, por ello la crianza y el cuidado de niños, niñas y adolescentes deberá trascender los contextos sociofamiliar-áulico y escolar, siendo las personas adultas las y los responsables de crear ambientes socioafectivos que impidan los malos tratos y la violación a los derechos; velando por el bienestar infantil como acción preventiva.
Por tanto, resulta necesario que se diseñe un ecosistema que nutra los buenos tratos contemplando las siguientes características:
Se tomará en cuenta las características físicas y comportamentales de cada infante sus necesidades y fortalezas.
Se toma en cuenta a la familia para el desarrollo de habilidades que permitan a las infancias hacer frente a los desafíos de su vida cotidiana.
Se deberán afianzar colectividades brindando afectividad y apoyo social que requieren niños y jiñas para crecer sanamente en todos los sentidos (físico, social, intelectual, mental, biológico, etc.).
A partir del contexto social y cultural se deberán eliminar visiones adultocentristas que no se alineen con la preservación y la defensa de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes.