ADSO E. GUTIÉRREZ ESPINOZA
¡Es hora de hacer una retrospectiva, queridos y queridas amantes de la literatura, sobre el día más increíble del año! ¿De qué estoy hablando? ¡Del Día Internacional del Libro, por supuesto! Ahora que las risas y los eventos literarios han pasado, es momento de recordar los momentos épicos que compartimos y las aventuras que vivimos entre las páginas de nuestros libros favoritos.
El Día Internacional del Libro puede haber terminado, pero las memorias de ese día mágico siguen vivas en nuestros corazones (y en nuestras estanterías llenas de libros, por supuesto). Desde las largas colas en las librerías hasta los eventos literarios que nos mantuvieron al borde de nuestros asientos, fue un día lleno de emoción y camaradería.
¿Recuerdas cómo las calles se llenaron de personas emocionadas, todas ellas con un libro en la mano y una sonrisa en el rostro? ¡Fue como un desfile de la moda literaria! Y las librerías… oh, las librerías. Estaban tan llenas de vida y energía que casi podías sentir la magia flotando en el aire. ¿Quién necesita Hogwarts cuando tienes una librería en pleno Día Internacional del Libro?
Y hablemos de los descuentos. ¡Oh, los descuentos! Las librerías estaban más generosas que Santa Claus en Navidad. No importaba cuántos libros ya tuvieras en tu lista de lectura, siempre encontrabas espacio para uno más cuando veías esos precios reducidos. ¡Es imposible resistirse a una buena oferta literaria!
Los eventos literarios también fueron un punto culminante del día. Desde lecturas de autores locales hasta charlas inspiradoras sobre el poder de la palabra escrita, cada evento era una ventana al maravilloso mundo de la literatura. Y no olvidemos las firmas de libros. ¡Fue como conocer a tus ídolos de la infancia, pero mejor!
Pero más allá de las compras y los eventos, el Día Internacional del Libro nos recordó la importancia de la lectura en nuestras vidas. Nos recordó que los libros son más que simples objetos; son portales a otros mundos, herramientas para el aprendizaje y compañeros en los momentos difíciles. En un mundo cada vez más digital, el Día Internacional del Libro nos recordó el valor perdurable de la palabra impresa.
Así que mientras guardamos nuestros libros recién adquiridos en nuestras estanterías y nos preparamos para volver a la rutina diaria, llevamos con nosotros los recuerdos y las lecciones del Día Internacional del Libro. Porque aunque solo dure un día al año, el amor por la lectura y la celebración de la palabra escrita perduran mucho más allá de las 24 horas de festividad.
Entonces, hasta el próximo año, Día Internacional del Libro. Gracias por recordarnos la magia que reside en cada página y por darnos un día para celebrar nuestra pasión compartida por la lectura. Que viva la literatura, hoy y siempre.