
OSCAR ROMERO MERCADO
Enrique giró lentamente la perilla de la puerta y entró a la casa a hurtadillas. Las luces del exterior que iluminaban la calle se adentraron con él haciendo retroceder la oscuridad de la sala de recibimiento. Al cerrar la puerta volvió a sumergirse en la completa negrura. Apretó los parpados por unos segundos, los abrió y de pronto su vista se acopló a la escala de negros y grises. Conocía el hogar de Karla a la perfección, había estado en él infinidad de veces. Los últimos meses había pasado algunas tardes en su sala, había preparado comidas en su cocina, tomado duchas en los baños e incluso, había dormido los fines de semana en su habitación. Sin embargo, de madrugada las cosas siempre le parecían acomodadas un poco diferentes.
Todo se encontraba en silencio. Caminó directo a la habitación de Karla con pasos lentos y pesados, encorvó un poco el cuerpo como si eso le ayudara a tener más sigilo. Llegó al marco de la puerta, se detuvo unos instantes y percibió un olor que provenía de adentro. Aspiró. Notas dulces y florales, ligeras, pero perceptibles al buen olfato de Enrique, ese mismo olfato que le decía que algo no iba bien. Entró a la habitación y se dirigió directo a la lámpara que se encontraba sobre el buró al lado de la cama. El cuarto se iluminó por esa luz tenue que parece irradiar más temor que seguridad. Notó algo extraño, sobre el buró se encontraba una libreta de pasta dura, color café, pequeña, con algunas incrustaciones de flores secas y calcomanías que adornaban la portada. Un diario. No imaginaba a Karla escribiendo en la intimidad de su alcoba. Sin duda no la conocía del todo. Se dirigió a las últimas páginas y comenzó a leer detenidamente.
25 de diciembre
Algo extraño pasa en casa. Llegué del trabajo y percibí algunas cosas fuera de lugar. Hace días noté lo mismo, pero no le he dado importancia. Debería comentarlo con alguien.
26 de diciembre
He ido a tomar con mis amigas. Un tipo se acercó a mí, nada interesante. Platiqué con él unos minutos. Aburrido.
29 de diciembre
Siguen pasando cosas en casa. Hoy he percibido un olor a comida al entrar. En la sala encontré ligeras migajas de alimentos. No recuerdo la última vez que comí aquí.
01 de enero
Ayer para celebrar el año nuevo hemos ido al bar. Volví a encontrarme al tipo de hace unos días, esta vez platicamos más, aunque hay algo que no me gusta en él.
03 de enero
Como cada fin de semana he salido de la ciudad para visitar a mis padres. Todo bien.
05 de enero
No he podido dormir, sentí que alguien me observó toda la noche. Juraría que he escuchado una leve respiración. No pude levantarme a observar, el miedo me mantuvo postrada.
09 de enero
Al fin lo he visto. Al salir temprano del trabajo vi cómo aquel tipo del bar entraba a mi casa. Le he observado desde afuera. Otra vez el miedo me ha paralizado, no podía respirar. Aun me pregunto por qué no llamé a la policía. El tipo salió horas después, no llevaba nada en las manos. Entré corriendo a casa, cerré con llave y he colocado una silla para trabar la puerta.
10 de enero
No he dormido. He pasado toda la noche en vela y de pronto el miedo se ha ido. Llevo mucho pensando en ello, debo hacer algo.
28 de enero
Llevo días siguiéndolo y creo que no se ha dado cuenta. Lo vi comer, bañarse e incluso a dormir en mi habitación los fines de semana en que supuestamente salgo de la ciudad.
Nunca había estado tan emocionada.
07 de febrero
Hoy es el día. Lo he estudiado bastante. Siempre entra a mi casa pasada la medianoche del viernes, camina a hurtadillas y no prende ninguna luz salvo la lámpara de la habitación. Me pregunto cuántos golpes podré asestar con la tabla sobre su cabeza antes de que mire hacia atrás.