POR MIRIAM SERRANO*
Cuando piensas que ya lo has visto todo y que nada puede sorprenderte, ocurre lo de este sábado al finalizar el tradicional desfile conmemorativo del 16 de Septiembre, cuando el gobernador, David Monreal Ávila, en una actitud totalmente indolente e insensible ignoró a las madres buscadoras, quienes se manifestaron para intentar visibilizar lo que sufren día y noche por no encontrar a los suyos.
Resulta inconcebible tratar de entender por qué esa actitud del mandatario, no hay dolor más grande que no saber dónde está tu hijo, hija, esposo, esposa, tío, sobrino o nieto, la incertidumbre mata poco a poco el amor, la esperanza, la fe.
Y es justo cuando, por más que le das vueltas y vueltas a las ideas, no puedes concebir el por qué no pudo brindarles cinco minutos de su valioso tiempo, pareciera que no termina de entender que se debe a todos los zacatecanos, que una gran parte de éstos fueron quienes lo pusieron en esa condición y que su obligación es atender a todos los sectores de la población, no solo a la farándula.
El dolor, la incertidumbre, la zozobra, la impotencia no deben politizarse, no puede haber ningún tinte político o interés más grande que pueda cooptar todos estos sentimientos, entonces no puedo entender el por qué el mandatario asumió esa actitud de ignominia frente a los colectivos de quienes lo único que hacen es no desfallecer en la búsqueda de los suyos.
Si no lo hizo él, tal vez la señora Sara Hernández de Monreal debió hacerlo, pero, en definitiva el “hubiera no existe” y este 16 de septiembre de 2023 difícilmente podrá borrarse de la memoria de los zacatecanos, y por supuesto que no será por lo “maravilloso” del desfile y las destrezas de sus contingentes, sino por la humillación al dolor, la insensibilidad, la indolencia en vez de brindar unas palabras de aliento, una esperanza de aportar “un granito de arena” para continuar la lucha de búsqueda.
Y bueno, la cereza del pastel fue la fatídica actuación de los elementos de la dirección de Policía y Seguridad Vial, que más que dedicarse a lo que se supone es su función, no les bastó con intentar frenar el paso del contingente de los colectivos de búsqueda, sino que, en su afán de cuerpear a su jefe mayor, sí al gobernador, “les valió madre” a quienes se llevaban a su paso y el resultado fue tal que no sólo a las madres buscadoras las mandaron de regreso a su contingente, sino a periodistas y cuanta gente tuvo la osadía de querer alcanzar a su patrón, “qué mal se vieron”.
No sé quién aconseje a David Monreal Ávila, no sé si él siquiera se preste a escuchar las recomendaciones de su primer círculo, pero lo que sí sé, es que debió de mostrar un mínimo de empatía ante el dolor ajeno.
Y sí, debió atender a las madres buscadoras, quienes están desesperadas por no encontrar a los suyos, quienes han desaparecido y que están relacionados con este delito que va en aumento en el Estado de Zacatecas, un estado que él gobierna y que también es su responsabilidad contener y resolver las consecuencias de este delito que crece sin control porque no se ha logrado establecer la estrategia de seguridad idónea para atenderlo.
Hasta cuándo se visibilizará esta realidad desde donde debe hacerse, desde el poder, la atención del secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, y el titular de la Comisión Estatal de Búsqueda, Everardo Ramírez Aguayo, resultó insuficiente luego del desdén con el que fueron tratados los colectivos, ¿Qué le costaba otorgar cinco minutos de su tiempo para escuchar a los cientos de madres?… AL TIEMPO