Hace siete años, el 17 de octubre de 2016, me publicaron por primera vez en El Guardatextos, pero el baúl literario ya llevaba casi tres años en circulación, abriendo caminos a escritores noveles que buscan un espacio para que sus textos habiten y viajen a través del mundo. La foto que acompaña la entrada en el blog relata la inexperiencia y la juventud que están en las palabras de una mujer que busca espacios de difusión, por suerte no me faltaron, pero uno de ellos fue esta pequeña barca que ya llevaba tiempo en las aguas de la literatura.
La invitación a ser parte de El Guardatextos para mí significó saberme escuchada y acompañada, a sabiendas de que tal vez nunca antes fui tan leída como en esa primera oportunidad, cuando me llamaron a formar parte de las filas de las historias que conforman este cofre. La oportunidad significó saberme autora, viajar en el mundo del Internet con la bandera de poeta y sé que esta primera circunstancia no fue exclusiva para mí: El Guardatextos ha sido desde siempre la oportunidad de vernos al espejo y decidirnos ser, pero también sabernos reconocidos.
Quienes estamos inmersos en cualquier pequeña isla del arte sabemos que no siempre es fácil encontrar espacios en los que sean bienvenidas nuestras titubeantes palabras, mucho menos hallar un navío donde el único pasaporte necesario sea la pasión, pero he aquí un salvaguarda que empezó joven y ahora ya se posiciona como el mejor espacio literario de difusión local y como uno de los más importantes entre los hispanoparlantes, siempre con una calidad impecable.
Ezequiel Carlos Campos es el padre de El Guardatextos, su vocación y cuidado siempre se ven reflejados en las entradas que hay en cada liga que nos lleva a las esquinas del baúl. El amor por la literatura que tiene no es un secreto para quienes compartimos un pedacito de vida con él y sabemos también que a veces la vida golpea fuerte para mantener el proyecto vivo, respirando cada día, pero el ímpetu y las ganas que tiene Ezequiel siempre son más fuertes que los miedos y el retroceso no es opción.
En este baúl, que empezó con las intuiciones editoriales, cohabitan las palabras de muchos, la ficción, la poesía y el ensayo son la base, pero también adentro existen la aventura, el amor, los temores y la nostalgia: las crónicas anunciadas, la cotidianidad y la protesta que se refleja en el periodismo, las opiniones que importan más de lo que aparentan, las novelas gráficas que se infravaloran muchas veces en los espacios editoriales y, por supuesto, las conversaciones que pocas veces salen de los encuentros en cafés y los desencuentros en la barra de un bar.
El Guardatextos empezó con el titubeo, pero ahora es una biblioteca en forma de barco que circunda en los mares de la virtualidad, entrar a él significa arrojarse a las aguas donde lectores, autoras y autores podemos sentir el apapacho tan símil a beber una taza de chocolate humeante en la cocina materna. Siempre invierno es un pretexto para sentarnos en un rincón calientito, para tomar la frazada y el inicio de la aventura en forma de palabras. Queridas lectoras y lectores, si en este día neblinosos de invierno no sabe qué leer, le invito a abrir el baúl y encontrar una de las casi 500 publicaciones, no le faltarán textos ni placeres o tristezas (depende de lo que busque), le invitamos a ser parte del medio millón de visitas que ya tiene El Guardatextos y que sin duda seguirán creciendo. Les invitamos a ser parte de la hoguera que ilumina y calienta en este mundo de sinsabores. Les invitamos a imbuirse en www.elguardatextos.com.
No lo olviden, ¡juntos incendiamos la cultura!
Karen Salazar Mar
Directora de El Mechero