MARÍA DE LOS ÁNGELES MORENO PADILLA
Hace un par de días tuve un encuentro con el cuento oriental titulado “La paz perfecta”, de autor anónimo, en el cual se habla acerca de la paz, la figura de autoría dibuja una ilustración sobre lo que es la paz, siendo expuesto a continuación: Hubo una vez un rey que ofreció una recompensa a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que realmente le gustaron. Y decidió escoger entre ellas. La primera pintura mostraba un lago tranquilo, un espejo perfecto en el que se reflejaban las plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraban un cielo azul de tenues nubes blancas. Era el vivo retrato de la serenidad.
La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso que descargaba un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua.
Todo esto no se revelaba para nada pacífico. Pero cuando el Rey lo miró cuidadosamente, observó tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Y allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido.
¿Cuál crees que fue la pintura ganadora? Todos aquellos que contemplaron la primera pintura pensaron que ésta reflejaba sin duda la paz perfecta; sin embargo, para asombro de todos, el rey escogió la segunda. El Rey lo explicó así: “He escogido la segunda pintura, porque paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro, sin dolor. Paz significa que, a pesar de estar en medio de todas estas cosas, sepamos mantener la calma en nuestro interior. Éste es el verdadero significado de la paz”.
El cuento anterior refleja la paz como un proceso que abona en el afrontamiento y la resolución de conflictos de forma sana y pacífica.
Por su parte, el autor Galtung (2003) realiza un contraste entre la paz positiva y la paz negativa dado que: la paz positiva busca erradicar la violencia estructural y cultural, promueve una convivencia pacífica y armónica en la cual se vele por configurar valores de cuidado, cooperación, empatía, interdependencia, la inclusión y la interculturalidad en defensa de los derechos de las personas, construyendo así sociedades pacíficas, democráticas e inclusivas.
Por su parte, la paz negativa visibiliza violencias no reconocidas, tales como la evasión, el no reconocimiento y la evasión de los conflictos ante luchas de poder, dominación, y la justificación de la violencia.
Derivado de lo anterior es necesario reconocer que la paz es un proceso social y dinámico de la existencia humana donde debe existir un amplio equilibrio entre la justicia y la erradicación de la violencia. La paz es una labor que debe desempeñar toda la ciudadanía a través de la responsabilidad social y el desarrollo de un pensamiento crítico en defensa de la democracia y los derechos humanos.