Miriam Serrano
Lo que recién se percibe de la glosa del Segundo Informe de Gobierno de David Monreal Ávila es una burla para los zacatecanos, ya desfilaron varios secretarios y queda muy claro que nos han quedado a deber y con creces. ¡Estamos en crisis!
Sin duda hay funcionarios que, si no son eficaces en su función, suelen ser buenos oradores, apuesto a que una gran cantidad de zacatecanos le compraron dos o tres discursos a Jesús Padilla Estrada, secretario del Campo, o bien, al secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza.
Lo que no está a discusión es que la realidad supera a la ficción y, si no lo creen, basta con preguntarle al presidente municipal de Valparaíso, Eleuterio Ramos Leal, quien se quedó “como novia de rancho, vestido y alborotado” con sendos acuerdos en materia agrícola y ganadera con el titular de la Secampo, pero ningún apoyo llegó a este municipio y ahora están en emergencia, al igual que las 57 demarcaciones restantes.
El discurso suena “divino”, pero cuando ves el día con día es un golpe de realidad que no puede esconderse ni con números ni palabras.
Pueden ser muchas las razones por las cuales no se atienden situaciones torales para los diversos sectores, pero no hay ninguna que lo justifique y menos cuando la situación es de precariedad, de pobreza, de zozobra, de impotencia.
Fue una sorpresa que, apenas este miércoles, el mandatario estatal decidiera hacer un recorrido por el estado para ver la situación que guardan las presas, definitivamente nunca es tarde para actuar, ojalá y ello sirva para buscar alternativas que mitiguen esta situación de emergencia por la falta de agua, urgen políticas públicas en favor de los sectores que se encuentran en desgracia.
Justo este miércoles salió un contingente de productores a la Ciudad de México con el objetivo de exigir a las autoridades federales que se declare zona de desastre al estado y con ello se generen programas emergentes que permitan mitigar lo que se avecina.
Los cambios en el gabinete urgen y no, no basta con los que recién anunciados, hay secretarías que, al igual que el gobierno, están en crisis y es vital oxigenarlas con cambios efectivos, con gente probada, con experiencia, pero lo más importante con el compromiso de servir y no de servirse.
Para ejemplo está la Secretaría de Salud, Educación, del Campo, Desarrollo Social, Economía, en fin otras más que requieren de un vuelco para ver si el barco se endereza, faltan cuatro años y pareciera que está por hundirse sin que a nadie le importe rescatarlo.
Dos años son suficientes para entender qué funciona y qué no, llegó el momento de tomar decisiones inteligentes, incluso radicales si la prioridad es el bienestar de los más, de todos, no sólo de unos cuantos… AL TIEMPO.