Othniel Ruiz
Hace algunos días (5 de noviembre) se celebró el día del endodoncista, quien es el especialista en rehabilitar los órganos dentarios que presentan una afección en su nervio interno, el cual suele originar dolores poco tolerables en la mayoría de los casos.
La caries dental es la causa más común si no se trata antes de que llegue a afectar el nervio dentro del diente, aunque la enfermedad periodontal severa, un traumatismo (golpe) directo al órgano dental, una fractura o un aumento de la temperatura directo en el órgano dentario son otras causas que pueden ocasionar daños en el nervio dental.
Los signos y síntomas que indican un daño irreparable en el nervio dental suelen ser: dolor intenso, sensibilidad, inflamación, así como cambio de color en el diente afectado, y todo esto puede estar acompañado de un proceso de infeccioso, lo que suele ser recurrente si no se trata endodónticamente al diente afectado.
Al presentarse los daños en el nervio los cuales no pueden ser reversibles, la forma de abordar este problema es el tratamiento de endodoncia, el cual consiste en llegar al nervio dental mediante una cavidad hecha por el profesional de la salud bucodental, que normalmente se realiza con anestesia local e instrumentos debidamente esterilizados.
Una vez que se realiza la remoción del nervio, se sustituye por materiales biocompatibles para darle una segunda vida al órgano dental ya tratado, pues si no se completa el tratamiento el diente queda tan frágil como un cascarón, el cual terminará por no servir y provocar más problemas.
Al finalizar el tratamiento de endodoncia se debe realizar una restauración para protegerlo de las fuerzas masticatorias, lo cual puede ser una resina si el daño en la corona es conservador, hasta una corona completa si existe una destrucción coronaria considerable.
En conclusión, el profesional odontólogo es el indicado para realizar un diagnóstico en los daños al nervio dental, bien la mejor forma de abordarlo para remediar los daños y preservar la conservación de dicho órgano dentario. La mejor forma de evitar llegar a estos procedimientos es acudir al profesional bucodental con regularidad y de la mano de la prevención.