¿Quiénes de nosotros no ha coleccionado en algún momento algo? Recuerdo el refrigerador de mi amigo de toda la vida con todos los cascos de la NFL que salían en cierto pan comercial, yo tenía los tazos de Pokémon, aunque algunos ya bastante despintados por el uso. Comprar canicas se volvió una constante con mi padre y jugaba con ellas, pero el verdadero placer era ver acumulados los pequeños planetas a escala llegando poco a poco al tope de un recipiente de cristal, aunque en alguna mudanza perdió importancia y se fueron.
Tengo en mi poder un cofre lleno de cosas poco coleccionables y más hitos de recuerdos: el anillo que me devolvió el mar, el dedal que me ofrecieron como único beso, cartas, pulseras de amigos, muchos separadores de libro que me recuerdan la época en que me dije coleccionista de ellos, experiencias y viajes, las credenciales de biblioteca que navegaron conmigo durante tantas temporadas y las de estudiante.
Sin embargo, qué son esas cosas más allá de anclas del recuerdo, seguramente para muchos sea acumulación, cosas con valor para mí, pero que no tienen valor más allá de mi nariz y probablemente uno o dos poemas, que también hice yo. Efectivamente, probablemente sea una acumuladora y no una coleccionista, pero eso se puede mejorar (o empeorar también).
Alex Bleu nos habla del coleccionismo en serio, del orden y del conocimiento, no ir a tientas cuando se trata de buscar el ejemplar de tal marca, el único, el que se necesita para satisfacer esa sensación de que algo se ha obtenido con éxito, la ausencia del vacío, pero ¿qué se colecciona? Alex nos aconseja tener metas y números, ser muy autocríticos entre lo que se puede y no, elegir colecciones completas a infinidad de intentos, nociones claras y mucha pasión.
Alex Bleu es coleccionista retro y su bandera es la de hacer saber lo mucho que lo hacen feliz los juguetes, pero no se detiene ahí, va por la industria de la marca, la musical, la de los videojuegos, las películas y el recuerdo alegre de una época. Sí, uno colecciona lo que lo ha hecho feliz, si no para qué. ¿Qué viene después de elegir, acomodar, mostrar y tener? Compartir: uno quiere compartir ese pequeño gozo que le dio un objeto, el que sea. Tener la colección completa de Los Caballeros del Zodiaco pasa, pero compartir con el mundo que vio nacer esos objetos uno a uno es regresar un poco a la infancia, a la casa de los mejores amigos, al desayuno que se convertía en una hazaña porque estábamos más en aquel mundo que en la cocina familiar.
Alex Bleu es un coleccionista que sabe lo que tiene, pero sobre todo es un apasionado del que su yo niño se sentiría muy orgulloso, vamos, que incluso ha podido disfrutar de videojuegos que se quedaron sólo en el mundo de las ideas. Alex Bleu nos habla también de esto, de la museografía y de la alegría de, en este caso, no ser niño con juguete nuevo, sino serlo con el que tanto habíamos buscado. Alex comparte y busca que no se muera esa alegría para las generaciones que dejaron de ser niños y los pequeños que están creciendo sin el amor por los juguetes. Y ustedes ¿qué coleccionan? ¿Cuál les gustaría que fuera su primera o siguiente colección?
No olviden, juntos ¡incendiamos la cultura!
Karen Salazar Mar
Directora de El Mechero