GIBRÁN ALVARADO
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Monjas, cantantes, drogas, celos, violencia… qué podría salir de una mezcla con estos ingredientes, quién podría armar toda una escenificación de una época transitoria… Almodóvar. Esta entrega sigue su filmografía, el tercer largometraje del director español, quien mantiene y arraiga sus intereses en esta película. Podría decirse que es posible identificar las preocupaciones y aspectos esenciales de su trabajo, de este modo, desde el título se intuye una mirada que sigue siendo retrospectiva, qué hay más allá de las tinieblas, qué se trata de dejar atrás.
Entre tinieblas (1983) es una apuesta para indagar en la feminidad y en una institución que permea la vida social española: la iglesia. Por medio de la trama hace evidente la tradición en el devenir de los conventos, la vida religiosa y sus métodos, las familias adineradas, “bienhechoras”, caritativas y sus promesas de dádivas a la congregación muestran los designios sagrados o la avaricia de las ´hermanas´. Mujeres que están alejadas de la realidad, desconocen los vericuetos de la vida diaria fuera de sus entornos de clausura, viven en su mundo, pensando que la juventud aún las necesita, ¿para qué?
Sacerdotes que piden lúbricamente una salida al cine, monjas que son las sirvientas del capellán en turno, habitaciones llenas de lujo en un convento para esperar la visita de las pobres descarriadas… En fin, en las paredes del claustro se cree que la tacañería es un vicios, obvio, es fácil pedir, pedir y dedicar la vida a la redención de las almas desde un rincón… mostrarse ante la sociedad como ánimas de la caridad, refugio de asesinas, drogadictas, prostitutas que, poco a poco, serán “redimidas” y puestas al servicio del señor para continuar con sus vidas ocultas, con sus vicios disfrazados, de ahí los nombres de las hermanas: rata, víbora, etcétera.
Otra cosa sencilla: pedir compasión, solicitar apoyo a cambio de alguna oración, de algún rezo mientras llenan su cuerpo de drogas, su mente de fantasías eróticas con otras mujeres, con otros hombres, la carne es débil. Qué se necesita, qué se necesitaba en los años ochenta, en plena transición después del franquismo, en plena Movida, ¿actualizar la iglesia? Esto que aborda la peli de Almodóvar sigue vigente, ahora se busca atrapar a las juventudes a través de mártires de las redes sociales como el beato…Carlo Acutis (sin albures, por favor), aunque es difícil con todas las acciones que han salido a la luz, pregúntenle al obispo Salvador Rangel quien posiblemente se inspiró en la peli para ingerir drogas, qué sé yo…
En fin, qué chulada las películas de Almodóvar porque, pese a los años de distancia, son capaces de disipar las tinieblas de la actualidad.