CAROLINA DÍAZ FLORES
La ergonomía es una disciplina que se fundamenta a su vez en diferentes áreas del conocimiento, estudia la relación entre el ser humano y su puesto de trabajo u ocupación. Se refiere desde la posición más favorable en determinada actividad, hasta la sobrecarga mental, visual e incluso emocional de un empleo o actividad. Por lo tanto, cuando existe una mala planificación ergonómica, se producen desde síntomas físicos como dolor muscular u ojo seco, hasta malestares cognitivos como dificultad para concentrarse o desmotivación.
Existe un factor determinante de la ergonomía en tiempos actuales: la revolución industrial, pues trajo consigo la necesidad de adaptar el hombre a las máquinas implicadas en su actividad laboral, pues los costos económicos y técnicos de una máquina, son aparentemente mayores a los de un trabajador por lo que se optaba por modificar la función del empleado. Aunque (por fortuna), en la actualidad lo aceptado es que: las máquinas deben adaptarse al hombre y su naturaleza y no al revés, y no solo eso, se deben considerar no solo la funcionalidad, sino, el bienestar y confort de la persona.
En general, se definen 3 ramas de la ergonomía:
1. Ergonomía geométrica:
Se refiere a la relación entre el cuerpo del trabajador y las condiciones métricas de su lugar de trabajo. Donde se abordan desde cargas posturales (tanto estáticas como el movimiento), las medidas de todos los elementos implicados (altura de una silla, una mesa, distancias entre el empleado y las herramientas que utilizará, etcétera).
2. Ergonomía ambiental:
Se encarga de estudiar las relaciones del trabajador con todos los factores ambientales y cómo estas condiciones generan bienestar o malestar, según sea el caso. En ella se incluye el estudio de la temperatura, la luz (natural o artificial / cálida o fría), humedad, vibraciones, ruido y renovación del aire.
3. Ergonomía temporal:
Estudia la relación entre la fatiga y el descanso, así como todos sus determinantes. En ella se incluye la distribución de la jornada laboral para evitar sobrecarga tanto física como mental: pausas, descansos largos, horarios, vacaciones, horas extras, flexibilidad en las jornadas y sus variantes como jornada continua, a turnos, nocturna, etcétera.
En general, la ergonomía es responsabilidad 50% del empleado, pues éste puede influir sobre sus propios vicios posturales, conductas que generan sobrecarga mental (como asistir al trabajo sin el descanso necesario), mal uso del equipo de protección personal, entre otros. Sin embargo, el propio centro de trabajo influye en el otro 50%, pues sus administradores o gerentes pueden regular que las condiciones para el desarrollo del trabajador sean las ideales, es decir, que promuevan climas laborales saludables. Las ventajas de trabajar en espacios que cuiden los aspectos ergonómicos se traduce no sólo en un mayor nivel de salud y bienestar del empleado, también implican ventajas para el centro de trabajo, pues se facilita mayor productividad, menor número de accidentes laborales, menor número de incapacidades, entre otros indicadores.