“Éste es un acto de denuncia”, afirma Eugenia Solís Terán en entrevista para El Mechero acerca de las posturas políticas que tienen las AntiJornadas de Poesía en Aguascalientes. A lo largo del camino toca resistir, autogestionar trabajo, esfuerzo y economía para lograr que espacios de resistencia sean abiertos o resistan a los embates que significan moverse contracorriente. El arte y la cultura no son del Estado, incluso de muchas maneras se contrapone, lo denuncia y lo critica. Nos corresponde a la sociedad exigir espacios dignos donde se pueda vivir el arte, pero no podemos quedarnos sentados y conformarnos con unas migas de cultura institucional, toca levantarse y moverse, exigir y gestionar, resolver y crear los espacios para que el arte no muera.
Hay muchas maneras de hacer revolución, el arte es una de ellas y Eva Terán, Patricia Vázquez y Eugenia Solís Terán son una muestra de que, si el Estado lo bloquea, hay maneras autogestivas de solucionar, con voluntad se hacen grandes cosas, la comunidad dispuesta genera movimiento y resiliencia mediante la organización. No es una cuestión sencilla: hacer arte uno a uno ya es complejo de por sí, pero hacer arte en colectividad, compartir y ponerse de acuerdo son factores que dificultan: el sistema también nos ha enseñado a movernos en la individualidad, a pelear por un pedazo de reconocimiento y a contrapuntearnos entre nosotras y nosotros porque así es mucho más sencillo para el poder entretenernos con un pedazo de cartón, de papel, un muro o un calle.
Por esto y muchas razones celebro las AntiJornadas de Poesía de Aguascalientes 2024, porque es muy bello cachetear con guante blanco a la institución, hacer resistencia mediante la palabra, los trazos y los performances, realizar diálogos horizontales con trayectoria y emergentes, con premios y sin ellos, en el confort de una casa, con el desenfado de saberte invitado y no usurpador de los espacios. Además, me congratulo también porque este homenaje también nace desde el amor, la amistad y la admiración, el reconocimiento a dos poetas irreverentes hacen de ésta una protesta póstuma, la esperanzadora voz que no calla, incluso aunque la física se ha marchado de este terreno, porque esa misma voz, la de Juan Pablo de Ávila y Chuy Tinoco resuenan con las que estuvieron antes de él y ella, y se unirán a las de ahora y las próximas: el grito colectivo es difícil de derrocar.
Éstas AntiJornadas son un grito de denuncia y protesta en contra de las violaciones a los derechos culturales, nacen frente el inconformismo de la retirada de la cultura institucional, ante el arte que fenece por la falta de apoyos y seguimientos, es un acto de rebeldía por la pasión a las distintas expresiones, es el claro ejemplo de que juntos ¡incendiamos la cultura!
Karen Salazar Mar
Directora de El Mechero