
JORGE L. CASTAÑEDA
Una de las tareas esenciales de la educación en México es la formación integral de los estudiantes, pero ¿qué significa esto? De manera general, es común que los diálogos establecidos en espacios donde se discuten temas relacionados, se enlisten una serie de atributos que una persona debe desarrollar al interior de alguna de las instituciones formales de educación de nuestro país; la intención, preparar al estudiantado para que se desarrolle de una manera exitosa en su cotidianidad.
Esta tarea representa la posibilidad de un ejercicio reflexivo permanente sobre los fines dado que, constantemente varios de estos atributos incluso en la práctica, están relacionados exclusivamente con capacitaciones procedimentales de quienes aprenden. En este sentido, la vinculación con el desarrollo del pensamiento crítico y creativo del estudiantado es una necesidad que debe regresar en la práctica y contemplarse como esencial en la formación “integral” de quienes se forman en nuestras escuelas.
La filosofía en la educación, representa una posibilidad de fomentar de manera paulatina el pensamiento crítico y filosófico sobre temas académicos y su relación con los sucesos de la vida, en primera instancia de su nación, gestando un entendimiento de las principales características de nuestro país. La pregunta es ¿para qué? Bueno, el asunto es que al interior de las escuelas no solo se está educando a estudiantes, también se desarrollan herramientas del pensamiento a nuevos ciudadanos que eventualmente tendrán que asumir una postura (esperemos que crítica) sobre los acontecimientos sociales, culturales, económicos, naturales y políticos de México.
Focalizar con mayor detenimiento el desarrollo de habilidades del pensamiento en cada una de las actividades que se suelen realizar en las escuelas, puede representar un avance significativo en la formación paulatina del pensamiento crítico en estudiantes-ciudadanos capaces de tomar decisiones congruentes desde el uso de habilidades de razonamiento. En este escenario, Matthew Lipman representa una posibilidad de inspiración; como filósofo, adicional a promover la enseñanza generalizada de la filosofía, entre sus contribuciones, delineó una serie de destrezas como la Conversación de enunciados, Inferencia, Dar buenas razones, Realizar buenas analogías, Detectar presuposiciones, Pensamiento hipotético, Pensamiento silogístico, Detectar contradicciones y Estandarizar que posibilitan el trabajo práctico en procesos de enseñanza y aprendizaje del desarrollo del pensamiento crítico.
Es interesante contemplar dentro de la educación posibilidades de desarrollo de la razón al promover la formación de la capacidad crítica y creativa para decidir sobre temas que involucran a la comunidad tomando en cuenta las condiciones de quienes la integran. El desarrollo racional del estudiantado, representa una posibilidad para la sociedad y la educación de avanzar en la prevención de ejercicios de manipulación de ideas y actitudes que a su vez desencadenan acciones de injusticias sociales, culturales, económicas, naturales, políticas, entre otras.
La educación vinculada con la filosofía desde una postura de acción, guarda posibilidades amplias para el desarrollo integral que supere la enseñanza restrictiva. Los estudiantes, al interior de las escuelas y fuera de ellas, desde su naturaleza hacen filosofía, es cuestión de vincular estos esfuerzos en esta búsqueda permanente de consolidar una educación de excelencia todas y todos. ¡Hasta la próxima!