Por Othniel Ruiz
Hipoplasia adamantina por factores ambientales, o mejor conocida como fluorosis dental, es una de las afecciones de tipo odontológico encontrada en zonas geográficas específicas de la República Mexicana (sin excentarse a nivel global).
Es una patología endémica debido a la ingesta prolongada de un mineral llamado fluoruro, el cual se encuentra en la tierra y se consume a través del agua que bebemos; sin embargo, esto no significa que el total de la población presente esta enfermedad o que las anomalías en los órganos dentales sean siempre debido a la fluorosis.
Existen zonas con niveles más altos de dicho mineral qué otras, pero es la ingesta de fluoruro por periodos prolongados en los primeros años de vida (hasta los 8 años aproximadamente), cuando se está formando el esmalte de los dientes, el cual es afectado desde la aparición de líneas blancas muy delgadas, en una etapa de daño moderado, hasta defectos estructurales graves en su condición más severa.
Entendemos que para que dicha afección se presente, la ingesta de mineral se debe obtener del consumo de agua que bebemos en altas cantidades. Pero el fluoruro en concentraciones controladas en indicaciones precisas, resulta ser beneficioso en la salud de nuestros dientes.
Desde las pastas dentales las cuales contienen este mineral en concentración baja hasta los fluoruros utilizados por dentistas en el consultorio, son indispensables para la población con mayor incidencia o riesgo a presentar caries dental. Principalmente en niños menores de 10 años.
La literatura mundial ofrece una amplia evidencia de que las pastas dentales con flúor están relacionadas con el control de la caries en niños y adolescentes.
En conclusión el fluoruro es una sustancia que nos ayuda a la prevención de la caries dental, cuando se utiliza de forma adecuada, y no debemos ver con malos ojos por ser causante de alteraciones dentales al ingerirlo a través del agua que presenta niveles altos de fluoruro.