Miriam Serrano
Tal como se había previsto, ya que esa decisión fue tomada desde mucho antes de lanzar la convocatoria para elegir al nuevo fiscal general de Justicia del Estado, “habemus fiscal”, Cristian Paul Camacho Osnaya fue elegido este miércoles de manera “formal” por 29 de los 30 diputados de la 64 Legislatura, mismos que le tomaron la protesta de ley, ahora, surge la gran pregunta: ¿qué sigue?
Independientemente de filias y fobias, de las diversas maneras de pensar, coincido en que “todos” deseamos que le vaya bien a la “tierra bendita”, a nuestro Zacatecas y si para ello se ocupa un fiscal cercano, muy cercano al gobernador, David Monreal, sin que ello signifique, ojalá, que se trata de un “Fiscal Carnal”, pues lo menos que esperamos es que supere, y con creces la labor realizada por Francisco Murillo Ruiseco poco más de siete años al frente de este organismo autónomo.
La tarea es titánica, ojalá no se haya sacado la rifa del tigre porque la responsabilidad es mayúscula, las cosas en Zacatecas en materia de procuración de justicia no pasan por su mejor momento, con una fiscalía sin recursos suficientes ni económicos ni humanos, un malestar generalizado del personal que ha sido maltratado, desgastado y hasta abusado, con un acumulamiento exorbitante de carpetas de investigación de diversos delitos, pero también de los de alto impacto y un crecimiento desmedido en la comisión de delitos son elementos que se tienen en contra, pero nada es imposible.
Toda la parafernalia que inició con la convocatoria a la cual se registraron 27 aspirantes, los dimes y diretes al interior de la 64 Legislatura, el envío al ejecutivo de siete aspirantes finales y el regreso de la terna correspondiente, no fue sino para “legalizar” lo que ya estaba cantado, que Camacho Osnaya sería el próximo fiscal en la entidad.
Dentro de esa larga lista de 27 prospectos había gente calada, gente con una amplia trayectoria en la rama penal, que bien pudo haber desempeñado un excelente papel, con ello no doy por hecho que el recién nombrado no tenga la experiencia ni las tablas, segura estoy que hará lo que esté en sus manos; sin embargo, desafortunadamente la manera en la que se dio su designación deja ver que el poder y el sistema siempre terminan saliéndose con la suya.
Es importante que al nuevo fiscal le vaya bien, porque en esa medida las cosas realmente podrían empezar a mejorar en la procuración de justicia estatal, que vaya que hace falta que ello suceda, hay demasiado hartazgo, enojo y falta de confianza en las instituciones por la manera en la que se estaban desarrollando las acciones.
Con ello tampoco digo que todo está mal, pero definitivamente todo es perfectible y siempre se pueden hacer mejor las cosas, se debe rescatar lo que funciona, es decir, mantenerlo y mejorarlo y lo que no, debe cambiarse por estrategias y proyectos que den buenos resultados.
Es momento de reinventarse de generar un cambio real desde las entrañas de la FGJEZ, es una oportunidad única, considerando la situación real por la que atraviesa la entidad, hay mucho por hacer y mucho por demostrar. Siempre es bueno dar el beneficio de la duda, con la expectativa de que nuestra realidad puede ser diferente… AL TIEMPO.