
OTHNIEL RUIZ
La mayoría de la población generalmente acude ante un profesional de la salud bucodental justo cuando el dolor se apodera de sus vidas, algo tan fuerte e incómodo que impide continuar con las actividades cotidianas; una vez que existe dolor en la cavidad oral, es común esperar una solución inmediata y accesible; sin embargo, la presencia del dolor es la señal de que algo no anda bien, y es cuando se requieren los servicios del profesional odontólogo. Esto no debería suceder así, por ello les explicaré lo que acontece conforme el tiempo pasa y el descuido avanza.
La higiene bucodental es una manera de prevenir daños en el aparato estomatognático, sin embargo por diversas razones gran parte de la población no realiza un cepillado dental adecuado; esto representa, a su vez con otros factores añadidos, un aumento en la placa dentobacteriana y desajustes de la microbiota oral, lo que se convierte en presencia de sarro, caries y enfermedad periodontal. En las primeras etapas de estas que son las enfermedades con mayor incidencia en las personas, no manifiestan síntomas que alarmen del daño que se esta generando, y en ocasiones es mucho más imperceptible para los pacientes por las zonas en donde se desarrolla la enfermedad.
El sangrado de las encías y las cavidades ennegrecidas sobre los dientes pueden no parecer alarmantes; sin embargo, son indicadores de que existe un daño y la ausencia de dolor no debe ser una razón para evitar la visita con el profesional dentista. Podemos pensar que mientras no existan malestares en la cavidad oral, nada nos afecta, pero silenciosamente las lesiones cariosas avanzan hasta tocar el nervio dental y contaminarlo, produciendo una infección y, por ende, dolores insoportables; así mismo, la enfermedad periodontal avanza destruyendo la encía y el hueso periodontal, que son el soporte de los órganos dentarios, lo que concluye en hipersensibilidad dentaria, órganos dentarios flojos y hasta pérdida de los mismos.
Lo ideal a la hora de reparar el daño es cuando menos avanzado está, pues conforme aumenta se vuelven más complicados los procedimientos para restaurar y corregir, o, bien, se vuelve imposible realizar algo para remediar los daños que en su mayoría son provocados por el descuido a través del tiempo. Esto se resume de la siguiente forma, entre más avanzado esta el daño, menos probabilidad de que funcione el tratamiento, entonces si llevas tiempo sin pisar un consultorio dental, es buen momento para hacerlo, no importa que haya ausencia de dolor.