La civil, de Teodora Mihai
Por Gibrán Alvarado*
Mi principal recuerdo de esta película es la impotencia al salir de la sala del cine, todos íbamos cabizbajos, en silencio, no había palabras. Contrario a la plática que surge al terminar un filme, esta ocasión fue diferente, la experiencia de ver en la pantalla una realidad que se vive todos los días en las calles frustra, cansa y no es que este largometraje sea el único que en los últimos años haya tocado el tema de la violencia en México, muchos directores están llevando su mirada a algo que es imposible no ver.
La civil (2021) sigue el camino de Cielo, una madre que busca a Laura, su hija, porque fue levantada (término acuñado y expandido entre la gente en estos años violentos); en toda la trama la figura paterna es débil y no tiene relevancia, lo cual demuestra otro de los males de nuestra sociedad, un entorno machista que desaparece frente a situaciones complicadas. El filme pone sobre la mesa varios elementos relevantes, quizá el más significativo sea el peligro que representa ser mujer y salir a la calle, esto debido al aumento de feminicidios en los últimos años, sin dejar de lado la violencia general hacia civiles.
Hay una escena muy potente: cuando Cielo entrega el dinero pactado a “El Puma”, detrás de este aparece una barda en la que está pintado el logotipo del Partido Acción Nacional, con una leyenda que dice “Cambio verdadero”, un guiño a la ineptitud de los gobiernos federales que estuvieron en el poder durante 12 años, destacando, sobre todo, el sexenio de Felipe Calderón, quien declaró una guerra a los cárteles. De esta situación surge otra problemática tratada en la película, la poca o nula confianza que tenemos en las autoridades, como ciudadanos da miedo acudir a la policía porque quizá “los otros” se enteren y será peor, existen pactos o son “los mismos” quienes en la impunidad se movilizan para obtener beneficios, seguir las órdenes de alguien más que está arriba.
Que haya militares en las calles es sinónimo de más violencia, varios estudios empíricos y realizados por investigadores especialistas avalan esta consigna, en La civil se recurre a ellos porque “son los únicos” en los que se puede confiar a medias, esto replica el discurso del Estado y resta verosimilitud al guion; además, el militar al mando de las labores pone dos condiciones a Cielo, nunca cuestionar y no hablar con nadie, aunque se supone que su labor es servir a la sociedad sin condiciones. Otro detalle es que ella le “da permiso” de mentir en caso de que muera y hacerla pasar por una baja de “los otros” para lavarse las manos. Un personaje pide a la madre que no busque más a su hija, éste tendrá una función relevante al final. Con sus aciertos y errores, la película muestra cómo tenemos que hacer el trabajo que deberían estar haciendo las autoridades. La civil puede verse en Star+.
Tráiler disponible aquí.