Por Luisa Espinosa Carmona
La tiroides es una glándula pequeña en forma de mariposa que se encuentra en la base del cuello, justo debajo de la nuez de Adán. La glándula tiroides produce dos hormonas principales: la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3). Estas hormonas afectan todas las células del cuerpo. Inciden sobre la velocidad con la que el organismo utiliza las grasas y los carbohidratos, ayudan a controlar la temperatura corporal, afectan la frecuencia cardíaca. Ayudan a controlar la cantidad de proteína que genera el cuerpo. El hipotiroidismo sucede cuando la glándula tiroides no produce una cantidad suficiente de hormonas tiroideas.
Al principio, los síntomas del hipotiroidismo son apenas perceptibles; sin embargo, a medida que el metabolismo continúa ralentizándose, es posible que los problemas sean más evidentes.
Entre los síntomas del hipotiroidismo se pueden incluir los siguientes:
- Cansancio.
- Aumento de la sensibilidad al frío.
- Estreñimiento.
- Piel seca.
- Aumento de peso.
- Hinchazón de la cara.
- Ronquedad de la voz.
- Vello duro y piel áspera.
- Debilidad muscular.
- Dolores, sensibilidad y rigidez muscular.
- Ciclos menstruales con sangrados más abundantes de lo usual o irregulares.
- Afinamiento del cabello.
- Frecuencia cardíaca más lenta (bradicardia).
- Depresión.
- Problemas de memoria.
Si bien cualquier persona puede desarrollar hipotiroidismo, hay un riesgo mayor si se presentan estos factores:
- Ser mujer.
- Tener antecedentes familiares de enfermedad tiroidea.
- Tener una enfermedad autoinmunitaria, como diabetes tipo 1 o enfermedad celíaca.
- Haber recibido tratamiento para el hipertiroidismo.
- Recibir radiación en el cuello o en la parte superior del pecho.
- Si se ha sometido a una cirugía de tiroides.
Si bien, el aumento de peso se encuentra dentro de los síntomas que se presentan en esta patología y es un signo al que se le suele poner un foco de atención, no será el peso el centro de atención para la mejoría del paciente. Lo principal es que, con el acompañamiento del profesional en endocrinología, se pueda administrar la dosis adecuada de hormonas al paciente, ya que a través de un tratamiento farmacológico correcto, las funciones metabólicas vuelven a funcionar con normalidad.
Dentro de las recomendaciones se sugiere:
* Acudir con una/un especialista en endocrinología y a tu nutrióloga o nutriólogo, para obtener un tratamiento perdonalizado.
- Evita tomar la hormona tiroidea al mismo tiempo que se consume: nueces, harina de soja, suplementos de hierro o multivitaminas que contengan hierro y suplementos de calcio.
- Moderar el consumo de alimentos bociogenos:
- Col, coliflor, coles de bruselas, brócoli, repollo, lombarda, rábanos y nabos. (Se contraindica su consumo en crudo, pero al momento de exponerlos al calor su consumo se vuelve seguro)
- Brotes de soja, bebida de soja, harina de soja, aceite de soja, tofu y yuca. (Consumir de manera ocasional)
- Habas, judías y garbanzos. (Remojar durante al menos 2 horas antes de su cocción para un consumo seguro)
- Oleaginosas: cacahuate, piñón, nueces, almendras, pistaches, semillas de calabaza. Consumirlas tostadas.
- Evitar ayunos prolongados.
- Mantener un patrón regular de alimentación.
- Asegurar un consumo de alimentos ricos en fibra.
- Mantenerte activa/o, practicando la actividad física que disfrutes más.
- Mantener un monitoreo clínico constante.