ANA RODRÍGUEZ MANCHA
Con el paso de los años, el humano ha presentado múltiples cambios, desde la época de los primates, el australopithecus hasta la clase más desarrollada como el homo sapiens, al conseguir la adaptación del hábitat, se presentaron cambios evidentes en su anatomía, como la posición erguida, el desarrollo de armas para cazar y poco a poco depender menos de las garras para la supervivencia, es así como las garras evolucionaron a uñas, que actualmente se sabe que sirven de protección del extremo distal de los dedos, aumenta la sensibilidad del pulpejo, facilita la circulación periférica y la mayor precisión al manipular objetos.
La onicomicosis o la tiña de la uña es una infección producida por un hongo, que afecta a cualquier persona, pero predomina en la infancia por la falta de cuidado e higiene y en la etapa adulta aunado a otras condiciones ambientales como los climas tropicales, actividades donde haya oclusión, maceración y sudoración de los pies, exposición en alberca o baños públicos contaminados, enfermedades de inmunocompromiso como la diabetes mellitus, atopia, uso de corticoides y traumatismos ungueales. Algunos síntomas presentes en esta patología es la presencia de paquioniquia (engrosamiento) estrías, fragilidad y cambio de coloración en la uña. Frecuentemente se puede presentar infección concomitante en otra parte del cuerpo, como el cuero cabelludo, la piel o los espacios interdigitales comúnmente llamado pie de atleta, que se presenta con placas eritematosas escamosas, con borde rojizo, muy pruriginosas (comezón) y contagiosas.
El diagnóstico es clínico, con la presencia de signos evidentes de cambio en la morfología de la uña, por lo que no es necesario realizar estudios complementarios, pero es necesario acudir al médico especialista, que por medio de un interrogatorio directo podrá adaptar el mejor tratamiento individualizado para cada caso. Algunas recomendaciones preventivas para esta temporada de alta temperatura, es la de mantener las uñas cortas, siempre individualizando la lima y el cortauñas, sin compartirlos con nadie, lavar los pies minuciosamente con agua, jabón neutro y un secado cuidadoso entre los espacios interdigitales, optar por calzado cómodo, que no sea de material sintético, que permita transpirar el pie, utilizar calcetines que sean 100% algodón, cambiarlos todos los días o cada vez que se moje o humedezcan, utilizar polvos anti fúngicos dentro de los calcetines que permitirán mantener la piel fresca y seca, dejar que los pies se aíren, no caminar descalzo en zonas comunes como piscinas, duchas públicas o saunas y el uso de sandalias o chancletas propias.
Cada parte de nuestro cuerpo es tan esencial y prioritaria que debemos de darle la importancia que merece, los pies son el pilar de nuestro cuerpo, quienes ejercen el movimiento y detienen el peso en las actividades diarias. Si presenta molestias, consulta a tu médico y no te automediques.