Por: María de los Ángeles Moreno Padilla
La escuela es el espacio idóneo para afianzar el derecho humano a la diferencia a través de la valoración, el aprecio y el respeto por la diversidad humana que permite construir comunidades de aprendizaje que den lugar a la inclusión educativa, la cual permite que todo el alumnado sin excepción, acceda, permanezca y egrese exitosamente del proceso de aprendizaje en su tránsito por el sistema educativo mexicano a fin de evitar ser objeto de exclusión por razones de identidad, condición socioeconómica, discapacidad o color de piel, entre otros factores.
Ante ello, se deberá velar por una educación de excelencia en el estudiantado a través de que el profesorado abrace a la diversidad para dar respuesta a las demandas y condiciones de aprendizaje de la totalidad del estudiantado a partir de la incorporación del diseño universal para el aprendizaje, metodología que permite brindar una respuesta flexible, equitativa y pertinente que vele por prevenir y/o eliminar las barreras para el aprendizaje y la participación social (BAPS) que enfrenta el alumnado en su interacción con los contextos en que coexiste.
Las BAPS nacen gracias a la inadecuada respuesta educativa que se brinda en la escuela y en el entorno social que obstaculiza el ejercicio pleno del derecho a la educación, lo cual impacta negativamente en el desarrollo integral y en el trayecto en la vida personal, profesional y académica de las y los estudiantes.
Éstas se precisan a través de tres categorías propuestas por la estrategia nacional de inclusión educativa del sistema educativo mexicano, las cuales se describen a continuación:
Estructurales: Estas barreras son producto de un sistema educativo que ha normalizado la exclusión y la desigualdad entre personas, lo cual provoca que ciertas personas o grupos sociales no ejerzan su pleno derecho a la educación y a la diversidad sin discriminación; lo cual propicia actitudes, prácticas y políticas que invisibilizan, etiquetan o discriminan a las personas; lo cual impacta en su relación con el entorno.
Normativas: Son las barreras que derivan de leyes, políticas o programas que impiden, invisibilizan y evitan proteger el goce pleno a la educación debido a la inacción y la contradicción entre las prácticas y los acuerdos legislativos asumidos, lo cual impide el acceso, la permanencia, limita el aprendizaje y la participación del estudiantado.
Didácticas: Se refiere a las acciones que se reducen en las prácticas docentes que no son pertinentes debido a que no corresponden al estilo, ritmo y a las particularidades de todo el alumnado, lo cual detona la vulnerabilidad en los centros escolares.
La prevención y la erradicación de las barreras para el aprendizaje y la participación dentro y fuera de las instituciones educativas son necesarias para promover la presencia, la participación y el éxito educativo de todo el alumnado que parte de una realidad concreta, en función de las condiciones estructurales del contexto escolar en el cual se desarrollan.