Diego Varela de León
Sin temor a la equivocación una de las herramientas de primer orden en la prevención del delito es la educación, siendo el mejor mecanismo para orientar a la sociedad hacia una cultura de legalidad y por ende de prosperidad y desarrollo; y es por medio de la educación que muchos nos puede ayudar a prevenir el delito, pues proporciona a los jóvenes habilidades y conocimientos que sin duda les permiten tomar decisiones informadas y responsables, al igual que fomenta una cultura de respeto por sus congéneres y en consecuencia por la ley y los derechos humanos de las y los demás.
Lo anterior, claro está y es necesario precisarlo, el tema de la educación en las escuelas no es el único instrumento en la enseñanza−aprendizaje del ser humano, pues existen otros factores preponderantes que inciden en la instrucción de las niñas, niños y adolescentes. Esto, sin duda, es la educación que reciben en los demás grupos sociales a los que pertenecen, siendo el más importante el que se nos da en el seno familiar.
En este contexto, y de acuerdo al último renglón del párrafo anterior, respecto a la educación que se nos da en casa, vino a mi mente unas líneas que leí en el libro Emilio o la educación, de Juan Jacobo Rousseau, en una traducción de Ricardo Viñas, donde entre tantas cosas interesantes se citan: “A ti me dirijo, madre amorosa y prudente, que has sabido apartarte de la senda trillada y preservar el naciente arbolillo del choque de las humanas opiniones, cultiva y riega el tierno renuevo antes que muera; así sus sazonados frutos serán un día tus delicias. Levanta al punto un coto en torno del alma de tu hijo; enséñale en buena hora el circuito, pero tu sola debes alzar la valla, pues a las plantas las endereza el cultivo, y a los hombres la educación. Si naciera el hombre ya grande y robusto, de nada le servirían sus fuerzas y estatura hasta que aprendiera a valerse de ellas, y le serian perjudiciales porque retraerían a los demás de asistirle abonando entonces a si propio y se moriría de necesidad, antes de que conocieran los otros su miseria. Nos quejamos del estado de la infancia y no miramos que hubiera perecido el linaje humano si hubiera comenzado el hombre por ser adulto. Nacemos débiles y necesitamos fuerzas; desprovistos nacemos de todo y necesitamos asistencia; nacemos sin luces y necesitamos de inteligencia. Todo cuanto nos falta al nacer, y cuanto necesitamos siendo adultos, se nos da por la educación”.
De lo anterior, y dada la importancia que reviste el tema de la educación, el municipio de Guadalupe sensible y en conciencia de que la educación es un pilar por demás importante en el desarrollo acelerado y sostenido de nuestra entidad, el presidente municipal José Saldívar Alcalde, en el marco del 50 aniversario de la fundación de la Escuela Secundaria General Pedro Ruiz González, refrendó su compromiso de trabajar a favor de la educación como una de las bases principales para la reconstrucción del tejido social y la prevención de conductas antisociales, así como al trabajo coordinado que resulte en el mejoramiento de las instituciones educativas, un renglón por demás importante.
El Ayuntamiento de Guadalupe, con el apoyo del Gobierno del Estado encabezado por el Lic. David Monreal Ávila, apoyarán con obras de rehabilitación de 6 aulas didácticas y 2 más que funcionan para la impartición de talleres, obras que sin duda servirán para el fortalecimiento de la educación de la juventud. En este sentido, el presidente municipal asentó que este festejo es de todos los guadalupenses, ya que fue la primer secundaria en nuestra entidad, misma que ha sido formadora de mujeres y hombres de bien y de provecho que sin duda contribuyen al desarrollo de nuestro Guadalupe y por supuesto de nuestros Estado de Zacatecas.