Por: Ana mancha
Si escuchas una voz dentro de ti que dice “No puedes pintar”,
entonces, por supuesto, pinta y esa voz se silenciará…
Vincent Willem Van Gogh
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 21 millones de personas en el mundo son afectadas por este trastorno mental, donde aproximadamente uno de cada 100 vive día a día con la fragmentación del pensamiento, aislamiento social y la disfunción familiar y laboral.
El 24 de mayo se celebra el día mundial de la esquizofrenia, padecimiento psiquiátrico que afecta al individuo en sus esferas biopsicosociales, transformando completamente la calidad de vida del paciente y las familias.
La esquizofrenia es una enfermedad psiquiátrica que inicia en la adolescencia tardía entre los 17 y los 19 años, que se caracteriza de manera temprana por síntomas como el distanciamiento social de la persona, trastornos del sueño, humor irritable o depresivo, menor desempeño en la escuela y falta de motivación. Se desconoce la causa exacta de su aparición, pero la predisposición genética es la principal causa, que durante la infancia se mantiene en stand by, para despertar en la adolescencia al estímulo de algunos factores de riesgo, como las infecciones virales del sistema nervioso central, los traumatismos, abandono familiar y el inicio de consumo de drogas depresoras a temprana edad como lo es el cannabis.
El arte del diagnóstico y tratamiento temprano forma parte de los pilares sólidos para el adecuado mantenimiento y estabilidad de la enfermedad y, aunque no existe una prueba diagnóstica eficaz, el interrogatorio directo y la suma de síntomas y signos pueden ayudarnos a sospechar y buscar ayuda con los profesionales.
Para el diagnóstico de la esquizofrenia se necesitan dos o más síntomas, entre los que se incluyen las ideas delirantes; por ejemplo, creer que alguien extirpó sus riñones sin dejar cicatriz, alucinaciones que involucran escuchar, sentir, oler y ver algo que no existe, comportamiento y habla desorganizados por ejemplo vestir chamarra, short y gorro para el frio en temporada de verano, descuido personal evidente tanto en limpieza como vestimenta, deficiente deterioro en la interacción social, ocupacional y familiar durante un periodo aproximado de 6 meses con exacerbación de los síntomas en un mes.
La rehabilitación mediante terapia cognitiva, mantenimiento de la enfermedad con medicamentos antipsicóticos y el ambiente agonista entre las esferas que rodean al individuo, forman parte de la terapéutica que se ofrece en este tipo de casos, fortaleciendo el buen control del estrés, el apoyo familiar y psicosocial.
La familia se convierte en el cuidador primario de los pacientes con esquizofrenia, pero en la historia natural de la enfermedad se enfrentan a cambios y perturbaciones que desencadenan crisis familiares, crisis, que pueden llegar hasta la desintegración familiar, por la afectación de roles, tipología y ciclo vital familiar, con cambios en los ingresos económicos por la deserción escolar o laboral, el estrés per se dé la enfermedad, aunado con la exclusión social que limita la atención integral del paciente, por lo que es emergente la empatía de la sociedad ante esta enfermedad, para brindar una vida libre de discriminación, con ayuda del aprendizaje de la enfermedad, los factores desencadenantes, los efectos adversos de los medicamentos y la capacitación continua en caso de crisis, son algunas de las estrategias que podrán disminuir los altos índices de riesgo de suicidios, depresión, abuso de drogas y ansiedad que se han presentado como consecuencia de este trastorno mental.