Por: María de los Ángeles Moreno Padilla
Las bases filosóficas, legales y curriculares del sistema educativo nacional mexicano sienta sus bases en la agenda 2030 del desarrollo humano sustentable, lo cual impacta significativamente en la procreación de un currículo con perspectiva de género, que permite transformar culturas y prácticas sexistas a fin de quebrantar la superioridad de lo masculino, replanteando los espacios que ocupan niñas, adolescentes y mujeres adultas en la realidad social, más allá de asumir un rol doméstico y reproductivo-biologicista.
Por ello, a partir del plan de estudios 2022 de la nueva escuela mexicana a través del eje articulador intitulado: “igualdad de género” asegura la inclusión efectiva de niñas, adolescentes y jóvenes en la totalidad de las áreas del conocimiento, promoviendo actividades escolares en aras de la igualdad y el ejercicio pleno de los derechos humanos entre mujeres y hombres, a fin de cuestionar las bases patriarcales del conocimiento escolar, dado que históricamente algunas asignaturas han sido atribuidas para ser estudiadas por mujeres (ciencias sociales, humanidades, estética y lenguas) y por hombres (ciencias exactas y de razonamiento), lo cual ha permitido el establecimiento de paradigmas sobre lo que es considerado verdad y universal, dejando al margen a la diversidad humana, que propicia un gran índice la desigualdad y discriminación.
Lo anterior atenta con la configuración de la convivencia democrática, por lo cual es importante recalcar la visión de que mujeres y hombres deben ser reconocidos socialmente en función de la igualdad en derechos humanos al asumir la toma de decisiones y hacer uso de su libertad en la sociedad.
Así mismo, el currículo nacional construye un proceso formativo que abraza a la identidad de género, a los modelos masculinos y femeninos que permiten al alumnado adquirir y desarrollar habilidades en este sentido con base en las etapas de desarrollo en las cuales transita.
De esta forma, en la educación básica se vela por romper con el patrón hegemónico al abortar con visiones patriarcales, racistas y homofóbicos para dar a la sociedad un sentido democrático que visibilice la realidad social y sea amigable con la diversidad sexual y de género.
Inclusión.
Igualdad.
Racismo.
Género.
Identidad.
Palabras que se hacen valer desde el Respeto propio y el Respeto hacia los demás. Se hace valer desde el reconocimiento del ser y no del hacer.
Recordemos que: «El respeto al derecho ajeno es la paz» (Benito Juárez)