PERLA YANET ROSALES MEDINA
Fue en la obra La torre y el puente: el nuevo arte de la ingeniería estructural donde el profesor David P. Billington acuñó el concepto del arte estructural. Según él mismo: «Las mejores obras de la ingeniería estructural se convierten en verdaderas obras de arte cuando consiguen combinar los conceptos de eficiencia, economía y elegancia».
A pesar de que la forma de entender las artes está relacionada con un lugar específico de la historia, éstas no son unilaterales. En cierto sentido, se podría decir que surgen de una cotidianidad y una necesidad social, y tienen una especie de retorno hacia estas dos vertientes. Una de las grandes conquistas en la ingeniería ha sido el dominio del uso de la materia prima, dado que la cantidad de materiales en que se han sustentado las grandes obras se limita principalmente a cinco materiales: madera, arcilla y cerámica, roca, acero y concreto, armado y pretensado. Todo arte requiere de una materia prima, pero no en un sentido estricto, sino que sienta sus bases en una raíz fundamental, y es el ingenio y la creatividad de construir con dicha materia lo que determina el impacto del arte en una sociedad.
La civilización egipcia fue un ejemplo notable de cómo el arte y la ingeniería logran conjuntarse, siendo sus pirámides elementos arquitectónicos de gran valor para la sociedad. Civilizaciones como la egipcia, la griega, la persa, la romana, la maya, la inca y la azteca utilizaron la roca como elemento principal de sus obras. Estas estructuras reflejan la destreza técnica y artística de sus constructores; además, muestran de forma tangible el impacto de la ingeniería en la consolidación de sus culturas y la creación de legados duraderos.
A partir de la Revolución Industrial, el uso de aceros y materiales metálicos abrió paso a ideas que a través de la piedra no se habían podido concretar en un objeto arquitectónico. Hasta entonces, las construcciones estaban limitadas a vanos en forma de arcos o claros con dimensiones inferiores a 45 m, paredes soportantes, pisos y cubiertas planas de madera, y con vanos muy limitados.
Así como el acero revolucionó las edificaciones, el cemento también transformó el desarrollo de nuestra sociedad, al grado que hoy en día no podemos imaginar el mundo sin él. Actualmente, existen muchos estudios en torno al cemento, y se cree que tiene aún mucho potencial para ser un mejor material. El cemento es considerado la «piedra líquida», haciendo referencia a cómo la piedra marcó el desarrollo de sociedades antiguas. Las ciudades más desarrolladas y poderosas comprenden la importancia de invertir en el estudio de los materiales para las construcciones. Edificar no sólo tiene un impacto pragmático, sino también un impacto visual y económico en el mundo. El hecho de que Billington introdujera el concepto de la ingeniería como un arte nos acerca a la humanización de la sociedad a partir de su progreso tecnológico y científico. Edificar viene en el mismo código humano desde que el individuo se liberó de la mancha del instinto para buscar un lugar donde habitar. La reflexión sobre el mundo ingenieril con una sensibilización y una parte técnica exhorta a dimensionar lo que como sociedad hemos logrado y, cada vez que se encuentra un edificio, pensar qué me está diciendo este sobre la sociedad que habito.