OTHNIEL RUIZ
[email protected]
Una de las principales razones por las que yo, como muchos otros profesionales de la salud estomatológica, amamos esta profesión es la de crear sonrisas y cuidar de ellas, pues la sonrisa no sólo es la carta de presentación de las personas, en boca tambíen encontramos la entrada de lo que podemos consumir y esta relacionada directamente con nuestra salud general; así mismo, el aparato estomatognático es la principal forma en cómo nos comunicamos entre nosotros, por todo esto y más compartimos la responsabilidad de proteger la salud bucodental de nuestros pacientes.
En lo personal, la mejor forma de lograr el cuidado adecuado de un aparato estomatológico sano es enfocarse en la prevención, pues el evitar enfermedades o cualquier otro daño incrementa la posibilidad de mantener nuestros órganos dentarios por largos años y quizá a lo largo de toda la vida, y en comparación con cualquier intervención en boca, la prevención no tiene costo, pues una vez se establece un daño, el tiempo cobrará la factura.
Hoy en día vivimos rodeados de un consumismo altamente dañino: alimentos y bebidas demasiado procesados que promueven la formación de caries, el uso de aditamentos como piercings y diamantes que no son avalados por un verdadero profesional odontólogo, las sustancias nocivas como cigarrillos y vapeadores que llegan a causar daños de suma importancia, todo esto que causa el 90% de motivos para la consulta odontológica, debido a las tendencias que siguen en su mayoría personas jóvenes.
Las consecuencias de llevar a cabo prácticas que no son consideradas propiamente sanas para nuestra salud bucodental y general, suelen ser lentas, pero de repercusión importante, lo mismo sucede con las intervenciones de caracter estético, las cuales se han convertido en “tratamientos milagrosos” en manos de algunos profesionales no tan profesionales por su carencia de ética, de igual forma, existen personas que aún sin contar con estudios relacionados a este medio, también se dedican a promover “tratamientos” sin estudios ni fundamentos, y sin mencionar los medios que utilizan.
En odontología existen principios importantes para mantener la salud estomatológica plena, los cuales son funcionalidad, ausencia de dolor o daño, y al final la estética, el cual siempre debe considerarse el último eslabón en la cadena de rehabilitación de cualquier tratamiento odontológico. Desafortunadamente se ha vendido a la éstética recientemente como principal y única solución para problemas que requieren otro tipo de intervención y así lograr un estado de salud adecuado, lo que debería ser el principal objetivo tanto del paciente como del profesional odontólogo.
En cuestiones de salud bucodental y salud general, no existen tratamientos milagrosos ni medicamentos mágicos que venden y promueven como pescados en cuaresma, la salud de cada persona es valiosa y no debe ponerse en juego en manos de quienes ofertan con ella, por lo cual el exito para obtener un sistema estomatognático saludable consiste en cuidarlo, a base de hábitos sanos como el cepillado dental, la ingesta de alimentos sanos, visitar al profesional odontólogo y comprometerse con lo correcto y lo bien hecho.