Por: Leonardo Cardona García
“La representación del varón parece dar por sentado
los atributos que se les escatiman a las mujeres […]
El lenguaje contribuye a normalizar esta percepción
de las cosas haciendo más visibles a los hombres
y haciendo menos evidente la presencia de las mujeres”.
Islas, 2005
Recordemos a Los cuatro fantásticos, aclarando desde un inicio que en ellos está incluida ella; sí, la mujer invisible. Y es que cómo no iniciar estos devaneos y conjeturas partiendo con un ejemplo bastante ilustrativo del tema que nos ocupa, el lenguaje. De tal suerte que es bastante claro a lo que voy. Una mujer invisible desde el lenguaje y la pertenencia, hasta en su esencia y participación. De igual manera, las otras caras de la moneda complementan la reflexión. Hagamos un breve recorrido y reflexionemos los superpoderes y lo que estos implican, de tal manera que serán una analogía a los roles preestablecidos para ambas identidades de género aquí tratadas:
Hombre elástico (Red Richards): Es el jefe del equipo. Inteligente y, desde luego, analítico y lógico. Puede estirar sus extremidades a su gusto, lo que implica abarcar más allá de lo que quizá le corresponde. Debido a su elasticidad es capaz de escabullirse por espacios inimaginables, sin mayor complicación. Asimismo, pudiéramos derivar que posee la capacidad de envolver o encubrir a conveniencia. Representa la figura paterna y patriarcal del proveedor. Adicto al trabajo; ausente física y emocionalmente. Preponderando las virtudes logocéntricas —pragmatismo—, dejando de lado la intuición y otras virtudes tradicionalmente atribuidas al estereotipo de la mujer occidental.
La mole (Ben Grimm): Es el mejor amigo del hombre elástico, lo que implica un compadrazgo de por medio en el gremio científico. Fue ex-jugador de futbol americano, además de fungir como piloto en las misiones fantásticas. Tiene piel de piedra, impenetrable, además de superfueza. Es gruñón y un tanto irritable. Tiene un bajo control de impulsos, por lo que, sin medir su fuerza, llega a destruir lo que se atraviesa a su paso. Es la representación de la inflexibilidad emocional, la preponderancia a las virtudes físicas tales como la fuerza, la agresividad y el enojo, mismas que se pueden ver reflejadas en actividades hegemónicamente asociadas a lo masculino (carreras de autos, deportes de contacto físico). Puede caracterizarse por la negación de la vulnerabilidad, evitando así pedir ayuda y, sin embargo, lleno de autorreproches y lástima por él mismo.
La antorcha humana (Jhonny Storm): Hermano de Sue. Es capaz de incendiarse sin provocarse daño alguno… pero no podemos asegurar lo mismo de su entorno. Puede volar (ghostearse) y se caracteriza por ser mujeriego —un fuckboy—, galán y también científico —cuyas capacidades en el área podríamos poner en duda—. Es la representación de la hipersexualización masculina, dadas sus características físicas y estéticas occidentales (blanco, joven, apuesto) y la irresponsabilidad afectiva. Asimismo, esas características lo llevan a la cosificación femenina. Otros de los aspectos fundamentales son la competencia, la velocidad y el escaso control de los impulsos.
Ah sí, la mujer invisible (Susan Storm): Sus poderes corresponden a elementos pasivo-defensivos, no así en el caso de los hombres del equipo, cuyos poderes tienden a ser activos y ofensivos. Es la esposa del hombre elástico. Quizá más de una vez nos ha parecido más fácil identificarla por este aspecto, en lugar de sus propios méritos. Posee el don de la invisibilidad —¿habrá sido por elección propia?— y genera campos de fuerza —sí, para defenderse— impenetrables. Es mayor a Jhonny y, de varias maneras, está a cargo de él. Encarna el rol materno en el equipo. Un papel secundario y sujeto a sus cautiverios, tal como afirmara Marcela Lagarde: madresposa y loca. Sus habilidades son puestas al servicio de las demás personas y cobran sentido en función de los otros, los hombres.
El cómic de Los cuatro fantásticos (incluida la mujer invisible) supuso cambio significativo respecto a otros superhéroes en cómics, ya que permeaba una tendencia a ocultar la identidad, mientras que esta nueva apuesta consistía en incluso asumirse como figuras públicas. Es claro, pues, que estos paradigmas en el entretenimiento reflejan la dinámica social, pero a su vez, ésta se ve impregnada por dichas propuestas. ¿Huevo o gallina? Mutación.
Tal como apuntaba Erick Alejandro Gutiérrez Flores en su investigación sociológica: los superhéroes de los cómics se posicionan como la nueva mitología. El eco de los mitos griegos aún resuena hasta nuestros días, ¿será posible que estas imágenes perduren? No está por demás mencionar que los tres fantásticos y la única fantástica aparecieron por primera vez en 1961. Después de más de seis décadas, quizá el superpoder que se contraponga a esta tendencia será el abandono de la invisibilidad, pero esta narrativa no puede ser escrita por un fantástico más, sino la invisibilidad permanecerá impuesta. ¿Estamos atestiguando la ruptura con estos mitos? ¿Es en las posibilidades inexploradas del lenguaje de donde surgirán mitologías alternas?