Por Adso E. Gutiérrez Espinoza*
Delgado, colores peculiares y el sello de haber ganado el Primer Certamen Nacional de Ensayo “Humanismo y Sociedad”, así podría describir, de entrada, a La sirena cibernética. Oralidad y escritura en la era mainstream. Mi encuentro con la obra, que no con la autora, ha sido fortuito, más allá de un vistazo a su contenido. Me topé con él en el trabajo, cuando dos de mis colegas, o nuevos amigos, revisaban, me parece, los diseños de forros y de interiores. Como soy bastante curioso, por no decir fisgón (o hurón, según sea el caso), me llamaron la atención las pruebas que tenían del libro, pues el título es bastante extraño —sin olvidar que me hacía pensar en estos seres mitológicos, aunque, en este caso, me imaginé una sirena con ojos biónicos o gafas ciberpunk, al estilo de Ghost in the Shell—, aunque no terminé de entender el título, hay una distancia que no logré saltar.
Este acercamiento, de extrañamiento, me hizo pensar en la comunicación entre las nuevas generaciones y en tiempos en donde las tecnologías se han volcado principalmente en las redes sociales, los servicios de streaming, los videojuegos y, más recientemente, los podcasts y videopodcasts. En estos medios, el lenguaje, en un sentido genérico, se ha empleado para comunicar y expresar sobre una diversidad de temas. También, me hizo pensar en el propio proceso editorial por el que transita cada libro, sea impreso o digital. Desde que en una editorial recibe el manuscrito hasta, en algunos casos, la propia presentación de ese libro.
Quiero concentrarme en este último caso, intentando establecer unas cuantas líneas comunicativas con el primero. Este libro fue valorado de manera positiva por jueces y después comenzó el proceso editorial, en el que se involucró todo un equipo (correctora, diseñadora e incluso abogados), con el fin de hacer un mejor producto, de calidad y que evidencia el quehacer de la editorial. El trabajo de corrección parte de una lectura evaluativa, en el que se da cuenta qué áreas de oportunidades hay y sus posibles soluciones. Ésta es, en otras palabras, un escaneo orientado también a conocer el contenido del texto, para entender e idear estrategias de acuerdo con él. No obstante, éstas cambian conforme al proceso de corrección, pues el escaneo no es una lectura profunda, la cual viene después y con una suerte de borrador de estrategias ya establecido, y a los objetivos que se establecen con el autor, el equipo editorial y las líneas o criterios de la editorial, las cuales incluyen las características de la colección en la que el libro se incluye.
¿Qué estrategias se implementan para el cuidado editorial? Entender el contenido y entender, en el caso de La sirena cibernética, su humor, sus argumentos (no es sólo el lenguaje, sino cómo ese ente se emplea en sociedad y cómo la crítica al capacitismo se desarrolla) y su sencillez (que no simplicidad). Después, ver si existen problemas de redacción (erratas, errores mecanográficos y con la puntuación), el ritmo (cada libro tiene el propio, que crece o se mantiene, y puede ser roto con frases o palabras inadecuadas), los tonos y el estilo. En este último punto, la persona correctora debe pasar inadvertida, ser un fantasma, y hacer un trabajo para mejorar el estilo del autor, hacerlo eficiente para que el lector pueda leer el material —el equilibrio lo es todo, no se trata de incluir la voz de quien corrige y tampoco seguir al pie de la letra las reglas del español: hacerlo leíble y legible (he escuchado casos en las que la persona borra la voz y el estilo del autor y ha implementado una artificial, ajena al producto).