Por: Jimena Cerón
La lectura de novelas históricas principalmente sobre la cultura maya y el desarrollo de las civilizaciones acompañó mi infancia detonando en mí una imaginación increíble para suponer escenarios alterno, posterior a eso recuerdo que fue aproximadamente a la edad de 12 o 13 años cuando descubrí que poseía un interés sorprendente de entender el porqué, de tener una explicación razonable del actuar de las personas y no en el sentido de aceptación, sino de lo que me gusta definir como “lo consciente del acontecer”.
A partir de ese momento, comencé a alimentar esa curiosidad con estudios de comportamiento, de teoría del lenguaje; no sólo verbal, sino corporal y las implicaciones sociales de las diferencias en tanto a capacidades económicas y oportunidades limitadas según diferentes aspectos.
Después, el teatro me mostró la manera en que los escenarios, las respuestas, los movimientos, las posiciones, las visiones y posturas determinan la manera en que los otros nos perciben, y que aun cuando podamos controlar todo lo anterior, esa determinación no es absoluta ni mucho menos total. Por lo que podemos controlar lo que proyectamos más no lo que percibe el otro, pues esas mismas características se desarrollan en cualquier momento de interacción de un individuo con otro.
Tras mi paso por el Colegio de Ciencias y Humanidades descubrí que no sólo existían comportamientos individuales que unidos pueden consolidarse en movimientos sociales que responden a la necesidades mismas de lo social y que la transformación y propio cambio es en busca de cubrir las necesidades de sus poblaciones. Es ahí donde comienza el trabajo sociológico.
Una vez dentro de la Licenciatura en Sociología, comprendí que no se trataba de un mero análisis conforme a mi criterio y que debía de pulir mis metodologías y construir primeramente mis objetos de estudio para así trabajarlos adecuadamente.
Qué es el oficio de la sociología, si no la manera en que te desenvuelves en sociedad de forma consciente explicando, proyectando y cuando es posible cambiando pequeños elementos que determinan el devenir histórico. La manera en que pasas una tarde solamente observando y logras percibir cada detalle de lo que está frente a ti. Clasificar lo que está a nuestro alrededor, encontrar un comparativo teórico, idear la manera en que podrás analizar más aun los detalles.
Es en este momento donde es importante comenzar a hablar de Pierre Bordieu y entender que para él justamente el ser sociólogo es lograr una una teoría de la construcción sociológica del objeto convertida en habitus y que poseer este oficio es llevar al estado práctico todo lo que está contenido en los conceptos.
El análisis que el implementa es a través del constructivismo estructuralista por lo que esas explicaciones y pequeñas verdades que fui descubriendo mientras crecía como mi lazo hacia la sociología tomaron sentido.
Quiero a partir de este momento compartir con ustedes mis múltiples experiencias a través de la visión desde el oficio a través del análisis del libro por lo que continuaré por algunas semanas más con este tema…
Adiós.