Luisa Espinosa Carmona
Las grasas son nutrientes que están presentes en los alimentos que ingerimos y nuestro cuerpo las utiliza para generar membranas celulares, tejido nervioso (incluido el cerebro) y hormonas, hasta este punto podemos ver que su consumo va mucho más allá de lo que con normalidad nos cuentan. El cuerpo también utiliza las grasas como combustible. Si las grasas que se ingieren no se queman en forma de energía ni se utilizan para generar los componentes del organismo, se almacenan en forma de células adiposas (grasa), es ésta la forma en que el cuerpo tiene de planificar a largo plazo: almacena grasa para uso futuro, por si en algún momento escasea el alimento.
Cuando tenemos una alimentación reducida en grasas sin una causa de índole clínico, contrario a lo que se podría pensar, resulta en algo contradictorio para nuestra salud, entorpeciendo los procesos fisiológicos de nuestro organismo. Las grasas son una parte importante de una dieta nutritiva tanto para los niños como para los adultos. Comer cantidades adecuadas de grasas es fundamental para el crecimiento y el desarrollo. Con los niños más pequeños es indispensable una cantidad suficiente de grasas en su dieta para que el cerebro se desarrolle normalmente.
Además de darle combustible al cuerpo, las grasas:
- Ayudan al cuerpo a absorber algunas vitaminas liposolubles (las vitaminas A, D, E y K) que sólo se pueden absorber si la dieta de una persona incluye grasas.
- Son los componentes básicos de las hormonas.
- Son importantes para la salud del cerebro.
- Ayudan a las personas a sentir saciedad.
- Dan protección a nuestros órganos.
- Ayudan con la termorregulación corporal.
- En los alimentos son las encargadas de que tengan una mayor palatabilidad.
¿Qué debemos tener en cuenta para que nuestro consumo de grasas sea saludable?
A pesar de que las grasas son las que le otorga a los alimentos sabor y textura, comer demasiados alimentos grasosos puede causar problemas de salud, los alimentos fritos, cocinados con aceites reutilizado y alimentos industrializados son una fuente significativa de grasa, que además es una grasa de mala calidad, que si se consume de una manera constante y elevada puede provocar un impacto negativo a nuestra salud, ya que nuestro cuerpo tendrá dificultad al momento de metabolizarlos.
Para asegurar un consumo adecuado de grasas que promueva la mejora y/o mantenimiento de tu salud:
- Acude con tu especialista de confianza para obtener una recomendación personalizada.
- No reutilices el aceite con el que cocinas. Así sea una cantidad que parezca importante, lo ideal es ya no utilizarla. Si le quieres dar un segundo uso, puedes juntarla y realizar un jabón casero.
- Utiliza aceites de buena calidad. Calidad en muchas ocasiones no tiene que ver con precio cuando de alimentación se trata. El aceite de canola es una excelente opción con una relación precio-calidad muy buena.
- Integra grasas provenientes de origen vegetal como semillas de calabaza, semillas de girasol, nueces, almendras, piñón, etc.
- Alimentos como huevo, pescados y lácteos también son un buen aliado para obtener grasas en tu alimentación diaria.
- Reduce aquellos alimentos con contenido elevado de grasa saturada y minimiza el consumo de alimentos con grasas trans. Esto con el fin de mantener un buen equilibrio en el tipo de grasas que requiere tu cuerpo.