Gibrán Alvarado
Cierro el noviembre sobre cine italiano retomando no sólo una película sino a un personaje que forma parte de la cultura universal y que tienen sus orígenes en el bel paese!, me refiero a Pinocho, el títere de madera que, tras seguir el camino del héroe, se convierte en un hombre de carne y hueso. El creador fue Carlo Collodi y, como varias obras del siglo XIX que han llegado a nosotros en forma de libro, se publicó en un periódico de los niños, de 1881 a 1882.
Sin embargo, la versión que llegó a México fue una “transformación” española realizada por Rafael Calleja y Salvador Bortolozzi, la cual tuvo mucho éxito en el entorno hispanohablante. Hubo cambios sustanciales, no sólo de nombres sino de acontecimientos dentro de la trama, aunque la finalidad de este escrito no es mostrar estos detalles, pondré un pequeño ejemplo, el inicio de las dos obras:
Versión italiana:
C’era una volta…
Un re… —Diranno subito i miei piccoli lettori.
No, ragazzi, avete sbagliato. C’era una volta un pezzo di legno.
Non era un legno di lusso, ma un semplice pezzo da catasta, di quelli che d’inverno si mettono nelle stufe e nei caminetti per accendere il fuoco e per riscaldare le stanze. Non so come andasse, ma il fatto gli è che un bel giorno questo pezzo di legno capitò nella bottega di un vecchio falegname…
Versión española:
Este era un trozo de madera. Pero no un trozo de madera fina, era simplemente un leño como los que arden en las estufas y en las chimeneas para calentar las habitaciones en invierno. Resulta que, sólo Dios sabe cómo, el leño de mi cuento fue a parar al taller de un viejo carpintero…
Las adecuaciones al contexto peninsular son evidentes, incluso hay un dejo de religiosidad por ahí. Respecto a los filmes sucederá lo mismo, el más conocido en nuestro contexto es la versión de Disney de 1940, como todas las adaptaciones animadas, piénsese en las otras películas tomadas de los escritos de Perrault o los hermanos Grimm que usó la productora norteamericana a lo largo del siglo XX, tuvo adaptaciones para el público infantil de la época, obviamente se elidieron los aspectos más “fuertes”.
La adaptación italiana, Pinocchio (2019), dirigida por Matteo Garrone y con Roberto Benigni como Geppetto y la mexicoamericana Pinocho. De Guillermo del Toro (2022) también son ejemplo de las necesidades de las reinterpretaciones de las obras clásicas, mientras que la primera se centra en un ambiente oscuro que muestra la crueldad de los personajes ante algunas situaciones, la segunda, también con las características de Del Toro, propone, según mi perspectiva y no como única ruta, una visión de la vida y la muerte que abre una veta interesante para acercarse a la obra de Collodi.
Un personaje, varias perspectivas, una invitación para observar las diversas ópticas a partir de los contextos y los intereses imperantes en cada entorno.
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—Había una vez…
—Un rey… —Dirán rápidamente mis pequeños lectores.
No, chicos, se han equivocado. Había una vez un pedazo de madera.
No era una madera de lujo, era un simple pedazo de leña, de esos que en invierno se colocan en las estufas y en las chimeneas para prender el fuego y calentar las habitaciones. No sé cómo fue, pero el hecho es que un buen día este pedazo de madera, inesperadamente llegó al taller de un viejo carpintero. La traducción es mía.