Por Ana Guadalupe Rodríguez Mancha
La litiasis renal (cálculos renales) es la tercera enfermedad urológica más común en la población adulta, impactando en la calidad de vida de las personas productivas, se presenta con mayor frecuencia en el sexo masculino, en una relación 3:1 respecto a las mujeres y, no conforme con el impacto en la salud, lesiona directamente en la economía, aumentando la consulta, exámenes de laboratorio, antibióticos de amplio espectro, estancias intrahospitalarias prolongadas por complicaciones o procedimientos quirúrgicos.
Los cálculos renales de oxalato de calcio son los más frecuentes, pero pueden aparecer de ácido úrico, estruvita o de cistina. Su formación es una combinación de factores ambientales, dietéticos y hereditarios, que en conjunto favorecen a la cristalización de los minerales y la formación del cálculo. Algunos síntomas que pueden orientar a la presencia de litos (piedras en el riñón) es un dolor tipo cólico intenso de forma súbita, localizado en región lumbar o espalda baja, que se puede irradiar a las inglés, esto dependerá de la localización u obstrucción de la vía urinaria, presencia de hematuria (orina con sangre), fiebre, náusea, vómito y dolor o ardor al orinar.
Para el diagnóstico se puede utilizar el ultrasonido de las vías urinarias, tomografía para ubicar la localización y tamaño del lito, de eso depende la terapéutica a emplear y el descarte de complicaciones con infecciones de vías urinarias o pielonefritis (infección en el riñón).
De forma preventiva se recomienda consumo de agua de 2-3 litros diarios, evitar las bebidas gaseosas, carbonatadas o azucaradas, ya que predisponen a la formación del lito, así como los derivados de los lácteos, restricción de proteínas de origen animal como la carne y evitar los alimentos ricos en oxalato como las nueces, espinacas, chocolate, papas y frituras, etc.
El tratamiento generalmente es a base de antiinflamatorios y, si la obstrucción es mayor, se utiliza un dilatador de la vía urinaria (Tamsulosina), antibióticos en caso proceso infeccioso en la vía urinaria o procedimiento quirúrgico, si la obstrucción es total de la vía. Se considera una urgencia real, por lo que a la aparición de los síntomas se debe acudir con el médico especialista en urgencias médicas para el control de la sintomatología y determinar el tratamiento definitivo de esta patología.